Imagen referencial. Un museo ubicado en Hong Kong que conmemora la masacre de Tianenmen que dejó un número de fallecidos desconocido hasta la actualidad fue vandalizado. Sus directores creen que detrás del ataque hay motivaciones políticas. Foto: Pxhere.
El Museo del 4 de junio de Hong Kong, que conmemora la masacre de Tiananmen sucedida en Pekín durante la madrugada de ese día en 1989 y que iba a ser reabierto a finales de este mes, poco antes del trigésimo aniversario de la matanza, fue objeto de actos de vandalismo este fin de semana, informó hoy (8 de abril del 2019) la prensa local.
La policía hongkonesa abrió una investigación después de que, este domingo 7 de abril del 2019, un miembro del personal del museo descubriera que la cerradura de la puerta principal había desaparecido, los enchufes eléctricos de la pared y las cajas de conmutación habían sido rociados de agua y se habían perforado agujeros en las sillas.
Según los medios locales, en ese momento no había ninguna pieza de la exposición del museo en el recinto, ni tampoco estaban instaladas las cámaras de seguridad, por lo que hasta el momento no se ha podido identificar a los responsables del saqueo y se están recogiendo huellas dactilares a tal efecto.
Creado por la Alianza de Hong Kong en Apoyo a los Movimientos Democráticos Patrióticos de China (HKA, por sus siglas en inglés), el recinto tenía previsto reabrirse el próximo 26 de abril, unas semanas antes del trigésimo aniversario de la masacre.
La HKA abrió un museo similar en 2014, pero tuvo que cerrar después de que los propietarios del edificio demandaran a los inquilinos por el uso del espacio arrendado, un hecho que en la asociación consideró escondía motivaciones políticas dictadas desde Pekín.
El nuevo espacio, sin embargo, es propiedad de la HKA.
El exdiputado hongkonés y presidente de la HKA, Albert Ho, también cree que en esta ocasión se esconden motivaciones políticas. “Quienes lo hicieron deben de querer complacer a los que están en el poder“, dijo a la prensa local.
La masacre de Tiananmen, cuya cifra de muertos todavía se desconoce pero que sesgó cientos de vidas de civiles desarmados a manos del Ejército, es un tema tremendamente sensible para el Gobierno chino, que censura con celo toda información relacionada.
Las manifestaciones -iniciadas por universitarios que pedían apertura y reformas al régimen en medio del luto por la muerte del dirigente aperturista Hu Yaobang– fueron sofocadas por los militares el 4 de junio de 1989.