Esta es la Unidad Educativa del Milenio de Sayausí, que absorberá a cuatro establecimientos, en Cuenca. Foto: Lineida Castillo / EL COMERCIO
En septiembre próximo, la capital azuaya inaugurará el año lectivo 2017-2018 con tres nuevas unidades del milenio, de las cuatro que se construyen en este cantón. Dos en la zona urbana y la última en la parroquia rural de Sayausí.
La Unidad de Sayausí absorberá a cuatro planteles educativos ubicados relativamente cerca y acogerá a 1 140 estudiantes, desde Inicial hasta tercero de Bachillerato. La obra registra más de 95% de avance y en el momento se construyen la vía de acceso, los acabados y el equipamiento integral.
El hijo de José Criollo estudiaba el quinto de Básica en la Escuela Fray Gaspar de Carvajal, que se fusionará en la Unidad del Milenio de Sayausí. Está contento con el cambio pues cree que habrá mejores condiciones para el aprendizaje.
Entre los padres de familia de ese plantel no hay malestar por los cambios. Creen que con estas unidades se elevará la calidad educativa en esta zona rural. Pero varios representantes de alumnos de la parroquia rural de Quingeo están
preocupados porque al menos cinco de las 10 escuelas absorbidas están lejos de la Unidad.
Dos de ellas son la Martín Welte y la Antonio Neumane, de las comunidades de Rumipamba y Punta Hacienda, que quedan a más de 10 km de distancia. Pero Henry Calle, coordinador zonal 6 del Ministerio de Educación, dijo que en ese caso habrá movilización para los estudiantes.
Los docentes de las escuelas absorbidas pasarán a las del Milenio y si hubiera más, serán reubicados. “En otros casos se contratará a otros”. Esas experiencias ya se vivieron en la Sierra Centro. Allí, hasta la semana pasada, que terminó el año lectivo, un grupo de chicos de 4 a 12 años usaron un transporte escolar para llegar a la Unidad Educativa del Milenio Chibuleo.
A diario, la unidad realizaba dos viajes transportando a los 96 niños que habitan en San Luis, ubicada a 5 km de la comuna Chibuleo, en la vía Ambato-Guaranda. El cierre de la Escuela Gonzalo Díaz de Pineda obligó a los padres a enviar a sus hijos a la Unidad del Milenio, construida hace cuatro años.
La moderna infraestructura está equipada con laboratorios de química, física e informática, biblioteca, canchas deportivas y comedores. Eso hizo inevitable que la escuela de San Luis cerrara, a pesar de que contaba con aulas nuevas. Además con cocina, comedor, cancha, laboratorios de informática y mobiliario.
Elsa Tisalema, de 25 años, todos los días acompaña a su hija de 5 años a la parada. Contó que cuando las autoridades no firman a tiempo el contrato con la empresa de transporte se quedan al menos 15 días sin el servicio. Y alquilan una camioneta para ir a Chibuleo.
“Es verdad que la Unidad tiene mejor infraestructura, pero ojalá se reabriera nuestra escuelita para no viajar tan lejos”. Entre los padres de familia hay expectativa tras el anuncio del presidente Lenín Moreno y del ministro Fander Falconí. Se analizará -ofrecieron- la opción de reabrir algunos de los centros cerrados y potenciarlos.
También se habló de modalidades más flexibles de educación, en sitios en donde hay dispersión poblacional. Eduardo Vásquez, presidente del Cabildo de San Luis, está optimista de que la escuela de su comunidad vuelva a recibir a los niños. Allí había 150 alumnos. María Charco extraña el bullicio de los niños. “Ahora todo el pueblo está en silencio”.
Carmen Chaluis se levanta más temprano para llevar a sus hijos a la escuela. “Estaba cerca de la casa, pero ahora deben viajar a Chibuleo, más lejos”. Una maestra, Cecilia Llunda, acompaña a los niños que van en el bus escolar desde San Luis. Vela por su seguridad.
Según el rector de la Unidad del Milenio Chibuleo, Alberto Guapisaca, allí hay 760 alumnos; vienen de Llangahua, Pilahuín, Tamboloma, Yatzaputzan, Santa Rosa, Juan Benigno Vela, Tisaleo… Es la única con Bachillerato Internacional en la zona rural. El servicio de transporte -comenta- es para quienes viven más lejos.
Ocho kilómetros arriba -por la vía Ambato-Guaranda– está Lindero, en la comuna Yatzaputzan de la parroquia Pilahuín. Los niños, más de Lindero Alto, tienen problemas para movilizarse. El bus arriba a la vieja escuela del pueblo, pero no todos llegan a tiempo.
Luis Sinchigalo, secretario del Cabildo, está preocupado porque los niños que viven en zonas alejadas deben caminar hasta media hora para alcanzar el bus. En ocasiones se atrasan y deben ir caminando.
Por su lado, el director Distrital Ambato 2 de Educación, Tupac Caluña, admite que hay estudiantes que viven más alejados de las unidades del Milenio Chibuleo, Víctor Manuel Garcés y de Llangahua, que integran el Distrito 2. Pero confirma que tienen transporte.
Algunos centros educativos se cerraron -apunta- porque no tenían oferta académica. No podían seguir con 10 o 20 estudiantes y dos profesores. Dice que tras estudios se analizarán reaperturas.