Cusco es la región del misticismo, la historia y la experimentación, en sitios como restaurantes-laboratorios. Este destino es la capital del imperio Inca, fuente de energía, una simbiosis entre tradiciones y reinvención.
La ciudad de Cusco, capital de la región del mismo nombre, está a 3399 metros sobre el nivel del mar. Solo basta con atravesar la puerta del Aeropuerto Alejandro Velasco Astete para encontrarse con las tonadas y los colores de las comunidades que viven en el lugar.
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Cusco y un destino infaltable
El recorrido empieza en la av. 28 de Julio, fecha de independencia de Perú, donde se distinguen personas con trajes típicos, como faldas bordadas.
Son casi dos millones de habitantes, para quienes los tesoros históricos, naturales y el turismo son parte vital de su economía.
Hasta Cusco llegan personas de todos los rincones del mundo, incluido Ecuador. En meses como mayo, los visitantes pueden compartir las celebraciones del Corpus Christi.
Desde Ecuador, una opción económica para viajar es JetSmart, una aerolínea de bajo costo, que en este 2024 impulsa los atractivos de Cusco y Lima de la mano de PromPerú.
Desde Quito, los viajeros tienen la opción de volar a Perú el lunes, miércoles, viernes y domingo. Desde Guayaquil, en cambio, la aerolínea tiene operaciones los martes, jueves y sábado.
Actividades desde el arribo
En las actividades se puede palpar el sincretismo entre las tradiciones ancestrales y el catolicismo que llegó con los españoles.
Con el tiempo, las dinámicas de las ceremonias han cambiado y, por ejemplo, el Corpus Christi pasó de procesiones con momias a efigies de santos, como Santiago, San Pedro, San Cristóbal, entre otros.
Los rincones en la ciudad
En la ciudad de Cusco, la Plaza de Armas, el barrio San Blas, el mirador de San Cristóbal, la calle Borreguitos y Qorikancha son destinos infaltables.
Las opciones de hospedajes son variadas y van desde hostales, departamentos hasta hoteles de lujo, como Casa Andina.
En la noche de Cusco, el recorrido por la calle Hatunrumiyoc es otro infaltable. En esta se encuentra la piedra de 12 ángulos, que, como se cuenta en el lugar, es uno de los estandartes de la arquitectura Inca.
No pueden faltar las paradas en los locales que ofrecen recuerdos del viaje. Prendas de vestir elaboradas con la lana de las famosas alpacas y las conocidas como alpacas baby son algunas opciones.
Urubamba, el mirador de San Cristóbal, salineras de Maras, Moray y Chinchero están entre los destinos infaltables en la región de Cusco.
Las mujeres y la tradición
Chinchero, sin duda, es una puerta a las tradiciones heredadas por varias generaciones. No puede faltar la visita al Museo Parwa, donde un grupo de llamas y alpacas dan la bienvenida.
Las mujeres son las protagonistas y combinan la habilidad para tejer la lana de las dos especies, con el dominio del Inglés. Además, con un toque de humor, hacen demostraciones a las decenas de turistas que llegan a diario.
Carmen Quispe, de 26 años, es una de las encargadas de explicar que la lana se tiñe con pigmentos obtenidos de la chilca, cochinilla, maíz morado, entre otros productos.
Lo hace con el sonido de una tulpa encendida de fondo, donde hierve agua en ollas de barro. En el Museo Parwa, distribuido en cuatro áreas, se puede adquirir los productos que elaboran ella y, al menos, seis mujeres más.
Trabajo en familia en Maras
Si de legado se trata, otra parada es, sin duda, las salineras de Maras. Una suerte de cuadrículas blancas se abren paso al pie de una montaña. Allí, familias enteras extraen sal, cuyo origen fijo aún es un misterio.
El lugar está a 50 km de la ciudad del Cusco y a una altura de más de 3 000 metros sobre el nivel del mar. Son cerca de 3 000 pozos naturales, donde solo pueden trabajar familias herederas del oficio.
La sal de Maras abastece al Cusco y, a su vez, se exporta, al menos, a 18 países del mundo. Las salineras ocupan 6,8 hectáreas y la ‘cosecha’ comienza arranca, principalmente, en junio.
La fortaleza de Sacsayhuamán
¿Una fortaleza o un centro ceremonial? Esta es una de las preguntas que se elevan entre las rocas gigantes que componen el complejo arqueológico en Sacsayhuamán.
Las versiones aluden a que sería un centro de entrenamiento de guerreros incas. Pero, a la par, se habla de un complejo ceremonial dedicado al Sol.
Sabores a 3568 metros de altura
Al subir hasta el restaurante Mil, la respiración se agita y la expectativa aumenta al saber que uno de los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica está a 3568 metros altura.
El lugar tiene cinco años de trayectoria y cuenta con la colaboración de unas 30 personas, entre las que está una chef ecuatoriana.
Mil está apenas a unos metros del complejo arqueológico de Moray. Unas versiones dicen que fue un centro ceremonial Inca y otras, un laboratorio agrícola.
Desde el establecimiento gastronómico, justamente, se divisa una suerte de espiral. Puertas adentro, la investigación con productos locales resulta en platillos de alta cocina.
En Mil, los sabores, además, son el resultado del trabajo con las comunidades Mullaka´s Misminay y Kacllaraccay, así como los procesos de fermentos y destilados.