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Los tsáchilas se alistan para los rituales de Año Nuevo

El chamán Abraham Calazacón recolectó plantas nativas como elena shili,diku, pinku, washashenco y flores. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

El chamán Abraham Calazacón recolectó plantas nativas como elena shili,diku, pinku, washashenco y flores. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

El chamán Abraham Calazacón recolectó plantas nativas como elena shili,diku, pinku, washashenco y flores. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

La preparación para los rituales tsáchilas de Año Nuevo se inician con la recolección de al menos 20 plantas y flores, de los bosques nativos.

Con estas plantas se elaboran las infusiones, brebajes, baños de purificación y rituales.

Por lo general, los tsáchilas realizan una ceremonia para pedir a los dioses de la naturaleza sabiduría para realizar los rituales y autorización para recolectar las plantas.

Si el chamán las recolecta sin autorización se dañan antes del ritual. Por eso, es fundamental que se haga el primer paso. También, deben construir una cabaña de almacenamiento de las plantas, ya que en el invierno es difícil internarse en el bosque, porque hay lodo y constantes lluvias.

Además de las plantas, se recolectan piedras energéticas de los ríos para el ritual de desintoxicación.

Este ritual consiste en hacer una fogata para calentar las piedras y luego hacer un orificio en la tierra para colocarlas.

El paciente debe sentarse cerca del orificio para que el vapor llegue a su cuerpo y arroparse con una sábana gruesa. Hay chamanes que aparte de las rocas colocan plantas aromáticas.

El chamán Abraham Calazacón indica que este es uno de los primeros pasos del ritual de Año Nuevo, porque al desintoxicar el cuerpo, el paciente puede asimilar mejor los otros rituales.

Al finalizar este paso, el paciente debe hacerse dos tipos de baños. Uno con hierbas amargas y otro, con flores.

Estos baños ayudan a eliminar las energías negativas y a potenciar las positivas.

Calazacón
señala que una de las novedades que habrá este 2019 serán los masajes antiestrés, que son realizados por las mujeres tsáchilas.

Él afirma que en la antigüedad, los poné (sabios) usaban los masajes como métodos de sanación, pero que en la actualidad se ha perdido esa costumbre. De hecho, las mujeres solo intervienen en la elaboración de los amuletos y en la preparación de los espacios.

Por eso, a través de los masajes se busca incluirlas en las ceremonias de Año Nuevo y también en la fiesta Kasama, que es una celebración similar de la etnia a la de los mestizos para fin de año.

Luego del masaje se inicia una ceremonia chamánica, en la que se hacen limpias para ahuyentar a las malas vibras, los problemas, los malos pensamientos, entre otros.

También se utilizan piedras volcánicas, que se frotan por el cuerpo del paciente para aliviar los malestares o encontrar los puntos de dolor o de enfermedades. “Hay dolores de cabeza, por ejemplo, que se producen por estrés. Otros, por dolores estomacales o problemas neurológicos. Las piedras nos ayudan a identificarlos”.

Al finalizar el ritual se entrega amuletos a los pacientes. Por lo general son pulseras o unos collares, hechos con semillas obtenidas del bosque y bendecidas por el poné. Aunque, para proteger los negocios, inmuebles o vehículos se usan lanzas de madera.

Miriam Calazacón, guía nativa del centro cultural Mushily, manifiesta que para complementar la ceremonia también se ofrecen actividades de esparcimiento como presentaciones de danza nativa.

Además se hacen paseos nocturnos, en los que el paciente puede escuchar leyendas, sentado cerca de una fogata, junto al bosque.

Esa actividad ayuda a que el estrés disminuya, porque se está en contacto con los cuatro elementos de la naturaleza: aire, fuego, agua y tierra.