Con un clic, Micaela y Bryan seleccionan una imagen. Frente a un computador, juegan a diferenciar los animales en peligro de extinción de los extintos.
Con sus compañeros del quinto de básica de la Unidad Educativa Bicentenario aprenden en el aula de cómputo. La institución, ubicada en el sector El Beaterio, en el sur de Quito, es una de las dos unidades educativas del milenio (UEM) que funcionarán en la capital ecuatoriana. En el país se construirán en total 31 escuelas.
La pequeña Micaela cuenta que el año pasado iba a la escuela Ciudad de Cuenca. “Ahí no tenía las cosas que tengo aquí. Estas computadoras son mejores. Además, me dan clases de danza”.
La Bicentenario se abrió el año pasado (se invirtieron USD 3 586 911) y por el momento acoge a 1 080 estudiantes, desde primero hasta noveno de básica. El décimo nivel, explica la directora Lucrecia Cuichán, lo integran los jóvenes del programa ciclo básico acelerado. “Son chicos que están retomando sus estudios, que han estado fuera del sistema regular de educación más de dos años y tienen más edad”.
Los pequeños del quinto de básica aprenden con el profesor Freddy Vallejos. Uno de los avances, dice este, es el que los pequeños acceden a la tecnología. Sin embargo, existen algunas cosas que espera se mejoren, como un servicio de Internet más veloz.
Los estudiantes de la Unidad Educativa Bicentenario viven en el mismo sector de la institución. “Es nuestra obligación la territorialización”, señala Cuichán. Esta institución está administrada por el Municipio de Quito, pero fue creado con aporte del Ministerio de Educación.
Vivir más cerca de la escuela, dice Narcisa Romero, es una de las ventajas. Antes, debía trasladarse con sus tres hijos al sector de El Recreo. Ahora va a pie y ahorra el costo del pasaje en bus.
Pero no todos los niños del sector están en la Unidad. Para primero de básica hubo 1 540 aspirantes, de los cuales se quedaron 100. Mientras que otros 20 cupos, señala la directora de la Bicentenario, son para niños afrodescendientes, indígenas y con capacidades especiales.
Juan Samaniego, secretario metropolitano de Educación, explica que se creará un circuito educativo entre la Bicentenario y otras escuelas del sector. “La idea es que se pueda potenciar los recursos de la unidad del milenio al servicio de las otras instituciones que están en la zona”.
En Quito, esta es la única UEM que funciona. En el noroccidente de Quito se construye la segunda, Gran Colombia, que se entregará en julio. “Las intención es que todas puedan ser UEM, pero tenemos que avanzar con establecimientos que sean referentes. Así vamos haciendo que el resto se parezca lo más posible a las UEM”, explica Édison Vallejo, de la Dirección Nacional de Servicios Educativos (Dinse), entidad encargada de la planificación y construcción de las unidades.
Para preparar el desayuno, varias madres de familia apoyan en la cocina. El viernes pasado, los estudiantes recibieron arroz relleno como parte del desayuno.
Mientras la comida se prepara, las clases continúan. En el tercer grado D, los pequeños aprenden a restar números de tres cifras. La profesora Carmen Muela entrega el marcador a su alumno, que hace la operación en el pizarrón de pantalla táctil. La unidad educativa cuenta con 12 pizarrones de este tipo, para los estudiantes de primero a tercero de básica.
Antes de que se inaugurara la Bicentenario, cuenta Muela, los profesores recibieron un curso introductorio. “También tengo un ‘software’ en mi casa. Los niños se adaptaron a esta tecnología, a veces hasta me enseñan”.
La directora aún recuerda cuando vio por primera vez el terreno donde hoy es la Bicentenario. “Parecía una laguna”. A finales de este mes, espera que le entreguen equipos informáticos móviles, para noveno año.