Los surfistas estuvieron el fin de semana último en Esmeraldas, para aprovechar las olas. Foto: Juan Carlos Pérez/ EL COMERCIO
Los surfistas aprovechan las olas de relativa intensidad que se forman en las playas de Esmeraldas para deslizarse con sus tablas.
La temporada ya comenzó y se extenderá hasta marzo. En enero y febrero la influencia de oleajes del norte, permite contar con olas mucho más grandes, aunque Esmeraldas tiene esta condición todo el año para practicar.
Decenas de aficionados por este deporte llegan a las playas de Las Palmas, Mompiche, Atacames y Rioverde, para aprender. Estos lugares son catalogados como los mejores, porque se registran olas de más de un metro para la práctica, sobre todo en Mompiche.
En esa playa se observan hombres y mujeres con piel bronceada, junto a las olas.
Un grito se escucha tras una voltereta en el aire realizada por uno de los surfistas que se desliza sobre una ola de 1,20 metros. Los aplausos se escuchan entre un grupo de 12 surfistas que descansan sobre sus tablas, recostados en la arena después de entrenar.
Ese recreo congrega a los aficionados que recorren las costas en busca de las mejores olas. Por ejemplo, la playa de Estero de Plátano, en el cantón Muisne, es una de ellas.
A simple vista es fácil reconocerlos. Llevan ropa ligera impermeable y colores llamativos (rojo, rosado o verde fosforescente para divisarlos mejor en el agua). También cargan una tabla liviana dentro de un forro plástico, encima de sus vehÃculos.
El viaje hasta Estero de Plátano se complementa con la degustación de los platos hechos a base de mariscos que preparan en la zona y la vista panorámica de sitios rocosos en el mar. Están dentro de la reserva marina Galera San Francisco.
Rubén Aveiga es el presidente de la Asociación Pura Vida, una de las tres organizaciones que promueve los deportes extremos y de aventura en Esmeraldas. Solo el surf acoge a 200 nuevos aficionados que practican en la playa de Las Palmas, en la capital.
Los fines de semana tienen a más aficionados novatos, de entre 5 y 12 años de edad. Hacen ejercicios de calentamiento y se repasa la teorÃa antes de introducirse al agua.
En la primera fase se les enseña en una tabla dibujada sobre la arena. Asà aprenden a ponerse de pie, flexionar las piernas, las rodillas puestas hacia dentro, el dorso siempre recto, los hombros en la dirección que tiene la tabla y brazos hacia delante.
La segunda fase es el agua. El entrenador impulsa al surfista sobre las espuma de las olas, para que practiquen las técnicas de parada y remo con sus propios brazos.
Para practicar es mejor estar en la orilla, cogiendo las espumas (olas que se rompen).
Los que asisten a una escuela de surf pueden formarse en una semana y en tres meses empezar a competir, pero dependerá de la constancia, explica Aguirre.
Para emprender a surfear no es necesaria una tabla de la mejor marca, puede ser una tabla básica de USD 150. Muchas de ellas las elaboran en Mompiche. En Esmeraldas se ejecuta un proyecto para elaborarlas a través de Pura Vida.
Para la fisioterapeuta Verónica Angulo, este deporte es completo porque ejercita los brazos, las piernas, el corazón, la espalda y los glúteos. Además mejora la resistencia, la coordinación y el equilibrio.
Los implementos
Traje
Es de neopreno, licra o mixto. Se usa contra golpes y raspaduras.
Cuerda
es de material plástico elástico, que une la tabla al pie.
Tabla
El uso de este artÃculo depende del peso, talla y la experiencia en esta tarea.
Parafina
especie de cera que va encima de la tabla para no resbalarse.