El supervolcán del parque Yellowstone registró un enjambre sísmico

Bajo la caldera del parque Yellowstone se encuentra un enorme volcán.

Bajo la caldera del parque Yellowstone se encuentra un enorme volcán.

Bajo la caldera del parque Yellowstone se encuentra un enorme volcán. Foto: Pikist

El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) ha informado recientemente de la detección de un enjambre de 91 terremotos en tan solo 24 horas en el fondo del cráter de un supervolcán ubicado bajo la caldera del parque Yellowstone, en el norte de Estados Unidos.

Se denomina enjambre sísmico a la ocurrencia de muchos temblores en un período corto de tiempo. Estos eventos son estudiados con detenimiento por vulcanólogos por el peligro que podría implicar la erupción de un supervolcán. Un evento de estas características podría cubrir con ceniza todo un continente y cambiar el clima del planeta durante décadas.

Michael Poland, científico a cargo del observatorio de volcanes de Yellowstone, aseguró que este enjambre está considerado “dentro de los grandes por tamaño y magnitud”, en un reporte publicado en el Diario ABC. A pesar de su importancia, este no fue el enjambre más fuerte que se ha registrado en este lugar. Entre junio y septiembre del 2017 se registraron 2 400 temblores en Yellowstone.

De hecho, este volcán registra un promedio anual de 1 500 y 2 000 temblores cada año. Algunos de ellos no superan los 4,4 grados en la escala de Ritcher.

Los expertos que analizan la caldera del parque Yellowstone aseguran que en este momento el parque está en nivel de alerta normal sin señales de una erupción inminente. Pero los vulcanólogos siguen estudiando la caldera por posibles cambios en la actividad.

En la caldera de Yellowstone, una depresión causada por una erupción cataclísmica occurrida hace 640 000 años, existe una gran cámara de magma de 60 kilómetros de largo, 29 de ancho y entre cinco y 12 de profundidad.

Una erupción de esta caldera podría cubrir de ceniza gran parte del continente americano; además, generarían columnas de humo, cenizas y dióxido de azufre de más de 10 kilómetros de altura que cubrirían la atmosfera y el clima podría cambiar drásticamente.

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