Los pagos en el Programa Socio Bosque (SB) están retrasados desde el 2015. A partir de ese año, los miembros de SB no han recibido hasta cuatro pagos comprometidos. EL COMERCIO entrevistó a 41 socios (entre la última semana de enero y la primera de febrero del 2017), quienes confirmaron que dejaron de recibir los incentivos económicos.
Los retrasos en los pagos a los afiliados a SB se deben, según el ministro del Ambiente, Walter García, a “restricciones presupuestarias”.
En diciembre del 2015, el presidente Rafael Correa, al recibir un doctorado honoris causa en la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina, destacó la iniciativa que fomenta el cuidado de un millón y medio de hectáreas de bosque.
Más que una herramienta de protección medioambiental, SB es para sus miembros un mecanismo para dejar de lado actividades como la tala. Así lo comenta Irma Armijo, que tiene 18 hectáreas de bosque inscritas en el programa. Ella, al igual que sus nueve hermanos, no ha recibido los valores correspondientes al 2016.
“Por la crisis no hemos molestado”, indica. A pesar de los retrasos, quiere esperar por un pronunciamiento oficial para mantener su propiedad en Colta (Chimborazo).
Cesario Fernández tiene dos propiedades en el cantón Eloy Alfaro (Esmeraldas), cuya extensión total es de 69,5 hectáreas. Él afirma que mantener verde esa zona es el legado que quiere dejar a sus hijos. Sin embargo, hasta el 3 de febrero el MAE no depositó el dinero de la segunda cuota del 2015 y las dos del 2016, que Fernández aún espera recibir ya que él fue quien hizo que tres familiares más se unan a SB.
De acuerdo con los resultados publicados en la página web de SB, el Programa firmó 2 763 convenios, beneficiando a 46 900 familias. Y según una base de datos revisada por este Diario, la provincia con el mayor número de miembros es Zamora Chinchipe, con 243 socios individuales y 4 colectivos.
EL COMERCIO intentó verificar la información con el Ministerio del Ambiente, sin recibir una respuesta oficial hasta el cierre de esta edición.
A cambio de los recursos que entregaba el Gobierno, cada socio se comprometía a proteger y conservar el área bajo el convenio. Esto implica la eliminación de la tala, el cambio en el uso y la quema de estos espacios, donde se prohíbe la caza comercial y deportiva.
Los montos asignados varían de acuerdo con el tamaño del área protegida. Por ejemplo, un socio individual que inscriba más de 10 001 hectáreas (ha) recibe 50 centavos/ha. En cambio, una comunidad que tenga hasta entre 1 y 50 ha recibe USD 60/ha. Los valores se entregan dos veces al año (mayo y octubre) y el convenio se extiende por 20 años.
Hasta el 2015, según el informe de Sostenibilidad Financiera elaborado por SB, el Programa requería un presupuesto anual de USD 12,5 millones para atender aproximadamente 2 800 convenios suscritos con los propietarios de los bosques. El 45% de este dinero provenía del Plan Anual de Inversiones (PAI), una partida que no es fija y que pertenece al Presupuesto General del Estado. El resto se dividía entre fondos privados e internacionales.
Entre 2010 y 2015, según datos de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), el PAI aportó con USD 44 837 498,45 para SB. En este período hubo un aporte anual de USD 7,42 millones en promedio. Para el 2016, se asignaron USD 12 millones. Y para el 2017, el presupuesto es de USD 9 976 359.
“Con el presupuesto aprobado para el 2017, el proyecto atenderá los pagos correspondientes a los años 2015 y 2016”, informó la Dirección de Comunicación del Ministerio de Ambiente.
El Fondo Nacional Ambiental fue liquidado
Además de las restricciones presupuestarias, otro factor que incidió en los retrasos fue la liquidación del Fondo Nacional Ambiental (FAN), en abril del 2016. Este fondo recibía recursos de la cooperación internacional. Según el ministro García, se trabaja en la elaboración de un nuevo fideicomiso. “Tengo en REM unos fondos para el cambio climático que son de USD 35 millones para Socio Bosque”.
REM es el acrónimo para los fondos del Programa Global REDD para Early Movers, una propuesta del gobierno alemán para reducir las emisiones de CO2 a escala global.
Esta no es la única fuente de financiamiento del programa. Según el informe de Estrategia de Sostenibilidad Financiera, hasta el 2015 el programa recibió, a través del FAN, ayuda de instituciones extranjeras como kfW de Alemania (USD 11,5 millones), Cooperación Internacional (USD 1 millón en 2014), y el Banco Interamericano de Desarrollo (USD 500 mil en 2015).
Se suman ayudas de organizaciones privadas. La que más recursos aporta es General Motors Ecuador, con USD 1 millón por cinco años.
Los retrasos en el desembolso de los incentivos aún no han sido explicados a los socios. Ese el caso de Esteban Bermeo, con 200 ha inscritas que se encuentran en Nono, Pichincha. Recibió sus asignaciones hasta mayo del 2015. Para subsanar estos montos, él iniciará una ruta ecoturística en su predio. No quiere talar la madera, pues la zona forma parte del recurso hídrico del Nono.
En febrero, según el MAE, se pagarían los valores pendientes. Asimismo, se ha hecho un reajuste al programa. “Actualmente, los gastos operativos se han reducido a la mitad, ya que se implementará una unidad de monitoreo financiada por la Cooperación Alemana, con medios electrónicos y satelitales para el monitoreo de los bosques conservados”, informó el MAE.
Entre el 2008 y el 2015, Socio Bosque disminuyó la deforestación anual neta en el Ecuador, de 77 748 ha/año (2000-2008) a 47 497 ha/año. Gracias a esta iniciativa se han mantenido bajo conservación casi 1,5 millones de hectáreas de bosque, beneficiando directamente a más de 189 000 personas.
Una de estas personas beneficiadas es Sergio Cles Sánchez, de Palora (Morona Santiago). Junto a otros 30 compañeros de la Asociación Río del Canto esperan que los pagos lleguen para seguir preservando sus bosques. En su caso, él inscribió, en los primeros años de establecimiento del programa SB, 77 hectáreas en una zona donde la caza y la tala amenazan a la biodiversidad. Como los otros socios, él afirma que en los últimos siete años la flora y la fauna se han incrementado gracias al programa.