Las vacunas de Pfizer requieren mayor minuciosidad en su manejo

Johanna Barahona preparó la dosis, en el Centro del IESS, del norte, el miércoles. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Custodiadas por policías, las dosis contra covid-19 de la farmacéutica Pfizer llegaron al vacunatorio del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), a las 07:45 del miércoles pasado.

Quince minutos después, los primeros adultos mayores convocados ese día empezaron a recibirlas. La jornada empezó a tiempo, a diferencia de lo ocurrido la semana anterior, cuando el Ministerio de Salud envió las fórmulas con dos ­horas de retraso.

Los ‘biológicos’ llegan a una sala con poca luz y acceso restringido. Allí son manejados por enfermeras capacitadas. Todas visten el equipo de protección personal (EPP).

Media hora se espera hasta que se descongelen las fórmulas, que se conservan a menos 70 grados, explica Mayling Encalada, subdirectora nacional de Vigilancia y Gestión de la Información del Seguro ­General de Salud.

Luego deben “reconstituir el contenido de cada vial (frasco)”, que almacena dosis para seis personas. Lo hacen mezclándolo con suero fisiológico.

Mientras esto pasa en el área restringida, en la sala de vacunación todo está listo para recibir a los adultos mayores. Seis sillas se ubican frente a cada una de las 20 brigadas de este punto, en el norte de Quito.

Los digitadores registran rápidamente a los ciudadanos, al tiempo que las enfermeras salen con los termos fríos. Las personas están sentadas, listas para recibir su dosis.

Ningún vial se abre antes de que las seis personas estén preparadas. La funcionaria del Seguro Social explica que no pueden usar solo tres o cinco dosis. Nada se puede perder. Este minucioso tratamiento se aplica solo con Pfizer.
Encalada explica que, por ejemplo, el manejo del biológico de Sinovac, que aplicaron días antes en ese vacunatorio, no tiene la misma complejidad.

“Cada vial contiene una dosis, no se reconstituye y se puede conservar a temperaturas de 2° a 8° centígrados”.
A mayor eficacia de la vacuna se requieren menores temperatura, explica José Sánchez, docente de microbiología de la Universidad UTE.

La vacuna de Pfizer -anota- consiste en un ARN mensajero que permite el desarrollo de proteínas similares a las del SARS-CoV-2, dando paso a la inmunidad. “Este fragmento de ARN se encuentra en una microenvoltura de lípido que requiere de ultracongelación”.

“Un cambio brusco de temperatura -subraya- podría desnaturalizar a la proteína”. Por eso, si se mantiene la cadena de frío la eficacia supera el 90%.

Otras vacunas que se aplican en Ecuador, como la de Oxford o Sinovac, funcionan con un método por vector y de partículas virales inactivas, respectivamente. Estas requieren una temperatura estándar, explica el microbiólogo.

En una de las brigadas del vacunatorio del IESS, la enfermera Grace Cornejo da la bienvenida a un grupo de 6 personas. “Hoy serán vacunados contra el covid-19. La vacuna es de dos dosis, recibirán la primera”.

Se acerca al termo que contiene dos viales de la fórmula de Pfizer, rodeados de pilas refrigerantes. Prepara la jeringuilla de 1 mililitro, con aguja de calibre 23, por una pulgada.

Saca el frasco con la fórmula anticovid, recarga 0,3 mililitros en la jeringuilla y enseguida lo devuelve al termo frío.

El primer vacunado es Víctor Inga, de 69 años. La enfermera le muestra que la jeringa contiene la dosis, se la aplica y se la presenta vacía, para que verifique que la recibió.

Le siguen Mariana Martínez, Soledad Barragán, Cecilia Obando y Wilson Páez. Una vez inoculados se retiran hacia el área de observación.

En la sala, un militar ordena las sillas para recibirlos. Al terminar con el segundo grupo, la enfermera va con el termo hacia el área restringida, por otras 12 dosis, que previamente reconstituye.

En promedio, cada una usa dos viales (12 dosis) cada hora. Eso, indica la vocera del IESS, implica que el proceso de reconstitución de las fórmulas se haga varias veces en el día, según la llegada de la población.

Una vez que se reconstituye el vial de Pfizer, dura seis horas. Al ir por más dosis, también aprovechan para lavarse las manos, cuenta la enfermera Heydi Tejada. Hasta tanto, hacen un lavado en seco: se desin­fectan las manos con gel antes de llenar la jeringuilla y antes y después de aplicar las dosis.

En una hoja se registra el uso de hasta 20 frascos, con detalles de las seis dosis de cada envase, y los nombres de los usuarios.