Este sábado 5 de septiembre del 2020, hubo 60 pacientes hospitalizados, la cantidad ha ido disminuyendo progresivamente en las últimas tres semanas. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Este sábado 5 de septiembre del 2020, en el Centro de Atención Temporal Quito Solidario, que funciona en el parque Bicentenario, ya no hay filas. Maritza Caiza llegó de Sangolquí porque tenía malestar en el cuerpo, fiebre y tos desde hace cinco días. Pensaba que podía ser covid-19. Su esposo la trajo en un taxi. El médico que chequea a los pacientes en la sala de espera del lugar midió su saturación de oxígeno y le dijo que es de 100, que está muy bien y que controle un poco su ansiedad.
Maritza fue remitida a su domicilio con tratamiento de paracetamol, hidratación permanente y el pedido de que se mantenga aislada y en cuarentena por dos semanas. El médico Paúl Carrasco, director del Centro de Atención Temporal Bicentenario, corroboró que en los últimos días ha disminuido sustancialmente el número de personas que acude en busca de atención, con síntomas de coronavirus. Este sábado, hubo 60 pacientes hospitalizados, la cantidad ha ido disminuyendo progresivamente en las últimas tres semanas.
A mediados de agosto llegaron a tener 150 pacientes, recuerda Carrasco. Afirma, además, que esto representa un alivio para el personal de salud que trabaja en el sitio desde hace cinco meses sin interrupción. Los pacientes hospitalizados están en situación grave o moderada. En cambio, en la sala de espera cuatro pacientes aguardan el triaje. Carrasco recuerda que hace dos semanas solían ser 30 personas. En esta sala permanecen por alrededor de una hora, siempre con un médico de turno atento al nivel de su saturación de oxígeno.
Exteriores del Centro de Atención Temporal Quito Solidario, que funciona en el parque Bicentenario, en Quito. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Ramiro Pesántez es uno de los cuatro pacientes en la zona de triaje, tiene de 80 años y dice que siente dolor de cabeza. Él no quería ir al Centro, pero su hija lo trajo desde Calderón porque temía que se hubiera contagiado. El diagnóstico fue negativo; le detectaron presión arterial elevada y le recomendaron tratar ese síntoma que no tiene que ver con el virus. Su hija Salomé se sintió más tranquila, al descartar la enfermedad.
Paúl Carrasco refiere que en emergencia al momento permanecen cinco pacientes. A mediados de agosto solían ser 60. Carrasco se muestra esperanzado de que la reducción del número de pacientes con síntomas leves y moderados que llegan al Centro también se refleje en una disminución del número de personas delicadas porque la patología se agrava en la segunda o tercera semana. Recuerda que la idea original era atender en el lugar a pacientes en recuperación derivados de los hospitales para descongestionarlos.
Pero comenzaron a llegar pacientes graves directamente desde sus domicilios, incluso de otras ciudades del país y hubo que abrir las salas de triaje y de emergencia. Al momento se siguen haciendo pruebas rápidas y PCR. Para los médicos importante también revisar el nivel de saturación de oxígeno, si es menor a 90% los pacientes pasan directamente a emergencia, si supera ese nivel van a triaje. Si los síntomas son leves se remite a los pacientes a sus domicilios con tratamiento.
Carla Chango salió del centro aliviada luego de que la prueba que le hicieron resultó negativa para coronavirus. El médico le dijo que tiene una fuerte gripe estacional y debe guardar un día de reposo. Carrasco pone énfasis en que en la sala de espera se mantiene la distancia entre los pacientes y todas las medidas para evitar que haya contagios. Ayuda el hecho de que ya no hay tantos pacientes. Estos ya no tienen que esperar en el exterior del edificio como ocurría hace un mes.
En Quito hay 22 281 personas contagiadas con covid-19; en Chillagallo hay 2 118; en Guamaní, 1 667; en Calderón, 1 286; en Belisario Quevedo, 1 157, entre otras.