Imagen referencial. Los adultos no deben perder de vista a los niños en lugares públicos. Foto: Archivo / EL COMERCIO
En los grupos de WhatsApp de padres de familia de planteles de Quito se comparten alertas sobre supuestos robos de niños. En esta semana ha circulado un audio con la voz de una mujer que dice haber evitado que un hombre secuestre a un pequeño, que iba en el mismo bus; relata que el tipo le prestó durante el trayecto una tableta y le preguntó en qué parada se quedaría, para bajarse junto a él. En otros casos se comenta en torno a denuncias reales de intento de secuestros a menores de edad.
El ciclo lectivo 2018- 2019 acaba de empezar hace menos de un mes. Y en los centros educativos se les ha hablado ya de las medidas de seguridad, para evitar que un extraño se lleve a sus hijos, aduciendo hacerlo por encargo de su madre o padre. En algunos casos, los colegios les piden enviar un listado con nombres y números de documentos de identidad de quienes sí tienen autorización para ir por sus hijos. Y se les recuerda que los alumnos que toman el servicio de transporte no pueden ser llevados por otro medio sin previo aviso, si no se ha informado a las autoridades del plantel, con anterioridad, con un escrito con firma, en la agenda.
Cristina Tapia es psicóloga educativa del Centro Crecemos. Pidió no sembrar pánico o angustia en los niños. Algunos, subrayó, son más susceptibles y luego tienen pesadillas. Sin embargo señaló que hay que hablar claro con los hijos. Estas son sus recomendaciones:
–A los niños, desde que pueden caminar solos, hay que indicarles que cuando salen con papá, mamá o con un familiar deben mantenerse junto a ellos. Y que si alguien intentara arrebatarlos de sus manos deben gritar o pedir ayuda.
–Algo que se les debe repetir constantemente es que no acepten golosinas ni regalos de extraños, a menos que sus padres estén presentes y lo autoricen. Hay que ponerles ejemplos: si un desconocido te quiere obsequiar determinado juguete, no lo aceptes, así te guste mucho.
–En el caso de niños que van y regresan de la escuela solos, hay que comentarles que hay adultos que pueden hacerles daño. Y contarles que se ha escuchado de robo de niños, por lo que tienen que ser más precavidos y gritar o correr en caso de que alguien sospechoso se acerque.
–Si van a lugares públicos hay que pedirles: “no te alejes de mí, dame la mano”.
–Si no toman el servicio de transporte escolar y alguien va por ellos, tratar de que sea siempre la misma persona. Y enumerar las alternativas de quiénes más podrían ir a recogerlos a la escuela. Especificar que a nadie que no esté en la lista (padres, abuelos o quizá un tío) podrían encargarle que vaya por él.
–Hay una línea muy delgada entre alertar al niño y asustarlo, por eso se pide decirle hay adultos buenos y otros malos, que quizá pudieran poner algo en una golosina y hacer que te duermas para llevarte. No lo aceptes. Pero no necesariamente comentarle que le van a robar o a secuestrar.
–Una buena idea es decirle a los niños que en caso de sentir una amenaza o peligro porque alguien los sigue, buscar a otra madre con niños, que pudieran ayudarles; buscar una tienda, un policía o guardia.
–Evitar enviar a la tienda u a otros lugares solos a los niños, que no se pueden cuidar aún sin ayuda de un adulto.
–Repetirle al niño que algunos adultos pueden conocer su nombre, la dirección de casa y otros detalles, pero que si es un extraño, nunca acepte ir con él.
–A los padres de familia, abuelos u otros adultos a cargo del cuidado de niños y adolescentes se les pide prestarles atención. A veces se descuidan por una llamada telefónica o por conversar con amigos, por unos segundos.
–Es importante que su hijo conozca su número de teléfono celular y algunos detalles para ubicarlo, como el lugar donde trabaja.
– A los niños hay que decirles que no confíen en alguien extraño que le hace preguntas o le muestra un mapa, para que lo ubique. Los adultos no tienen que acercarse así a los niños.