La maestra Pamela Baldus, en Kindergym, en Quito, con un grupo de niños de tres años que asiste al inicial 1. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
El debate del inicio de la escolaridad se centra en la edad de los niños. Más en estos días en los que los padres buscan cupos (febrero y marzo) para el ciclo 2019- 2020. Por un lado están los padres que trabajan y prefieren unidades educativas. En el lado opuesto están quienes piden no adelantarlos y son contrarios a pruebas de ingreso, que midan la madurez.
En Ecuador, lo cierto es que no es un requisito pasar por la educación inicial. La educación obligatoria empieza en el primero de básica, antes llamado jardín de infantes.
Sin embargo, el acceso a la educación inicial sienta las bases para el desenvolvimiento cognitivo, psicosocial, psicomotor y afectivo. Eso se especifica en la Agenda 2030 y es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), trazados el 2016.
En el artículo 40 de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) se precisa que en el nivel de educación inicial se acompaña el desarrollo de los aspectos cognitivo, afectivo, psicomotriz, social, de identidad, autonomía y pertenencia a la comunidad de los pequeños, desde los 3 hasta los 5 años.
En Ecuador, ni la cuarta parte de niños de 3 a 5 años accede a la educación inicial. Eso se muestra en el informe ‘Situación de la niñez y adolescencia en Ecuador, una mirada a través de los ODS’, lanzado este febrero del 2019 y elaborado por Unicef, World Vision, CARE, etc.
En el 2016, el 23% de ese grupo logró ingresar a esos servicios frente al 18% del 2009. En el mundo, en países como Francia están convencidos de que hay mucho en juego entre los 0 y 6 años. El diario El País, de España, informó que una ley rebajó de 6 a 3 años el inicio de instrucción obligatoria.
Consciente de los distintos beneficios para el desarrollo de los niños, Laura Carrión, madre de Victoria, de 3 años, busca un centro que no fuera parte de un colegio. Siente que esa alternativa es “muy escolarizada” y quería que la pequeña desarrollara otras habilidades, más que algo académico.
Eso -considera la madre- hace que Victoria, siendo tan pequeña, no se sienta presionada sino motivada a aprender. La madre valora que pueda acercarse a la música, al deporte y al arte.
La educación inicial se divide en dos subniveles: inicial uno, no escolarizado, que comprende a infantes de hasta 3 años; y el inicial dos, que abarca a niños de 3 a 5. Un acuerdo ministerial -reformado el 2018- establece que la edad de ingreso al inicial uno es 3 años cumplidos. Y al inicial dos, 4 cumplidos hasta 120 días después del primer día de inicio de clases.
En una instalación de desarrollo inicial los esfuerzos no se centran en que los niños aprendan, por ejemplo, la forma de la L ni en que practiquen su correcta pronunciación en repetidas ocasiones. Es viernes de cocina y los niños hacen limonada.
El 70% del tiempo pasan en las áreas exteriores del centro, adonde acuden de 09:30 a 12:30. Se relacionan entre ellos, conocen su entorno y, producto de todo esto, aprenden.
La premisa para el adecuado desarrollo de niños de 3 y 4 años del grupo de educación inicial es respetar sus necesidades individuales. Lo asegura Ana Luisa Jijón, coordinadora académica de Kindergym.
Los expertos aseguran que lo fundamental es no escolarizar el aprendizaje en este nivel.
Claudia Bravo coordina la carrera de Educación Inicial de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). La palabra escolarizar -dice- genera confusiones, porque se entiende que se trata de ubicar al preescolar en un sistema regido por calificaciones.
Jijón, la coordinadora de Kindergym, señala que con una metodología basada en actividades como la cocina, jardinería, reconocimiento de texturas, deporte o música, el aprendizaje llega a los niños.
La Guía Metodológica para la Implementación del Currículo de Educación Inicial trae orientaciones al respecto.
Pese a eso, Ana Luisa Jijón, de Kindergym, identifica incoherencias en el sistema. El modelo de la educación inicial -sostiene- es respetuoso con cada ritmo. Sin embargo, cuando los niños dan el salto al régimen escolarizado las exigencias son las tradicionales.