Lo minúsculo muestra su inquietante belleza

Huevos de Paragonimus, parásito del pulmón que se adquiere por comer cangrejo.

Jeannete Zurita ha dedicado su vida a vigilar lo invisible. Con la mirada fija en el microscopio, ha investigado la resistencia bacteriana y ha hurgado en los secretos de los ínfimos seres que causan enfermedades en los humanos. Solamente que, además de haber desarrollado investigaciones y cultivos de bacterias, levaduras y hongos, también decidió captar su belleza natural en fotografías. Una belleza de lo minúsculo.
Los científicos que se dedican a la microbiología clínica tienen la posibilidad de cultivar la mayoría de hongos y bacterias que causan enfermedades. Es un privilegio, pues apenas una fracción de esos seres puede ser sometida a ese método para la multiplicación de microorganismos. La existencia del resto solamente puede ser deducida por la presencia de su ADN en muestras ambientales.
Zurita decidió compartir con el público el libro ‘La belleza de lo minúsculo’, que en 82 páginas a todo color ofrece las mejores fotografías que ha tomado durante su carrera frente al agar, especie de capa de gelatina que se vierte en las cajas de Pietri para realizar los cultivos.
Así, ha logrado retratar las características asombrosas de las colonias de bacterias y obtener otra mirada, entre inquietante y artística, de esos dañinos microorganismos alojados en cabellos, pulmones, piel, úlceras, dientes, sangre y otros puntos del cuerpo. Es la belleza de lo minúsculo, pero también de lo estremecedor.
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