El sistema educativo y los docentes tienen grandes desafíos frente a las generaciones milenial y centenial: invertir para acercar el aula al uso de las plataformas digitales, renovar las metodologías y la educación en línea. Estas generaciones nacieron en la era digital.
Los centeniales se ubican entre 1998 y 2004 y son nativos digitales. Por eso, buscan inmediatez y son más competitivos tecnológicos frente a sus antecesores, los mileniales (1980-1997).
El cuencano Gabriel Gómez tiene 17 años y en julio pasado terminó el bachillerato. Él dice que siempre esperó que sus profesores sean creativos y autodidactas. “Pero nunca salieron de sus clases explicativas de 40 minutos”.
Para Luis Vaca, docente y director de Inteligencia de la Información de la Universidad de las Américas (UDLA), el crecer con dispositivos electrónicos y las redes sociales los hace más impacientes para alcanzar el conocimiento.
Frente a esto, profesores e instituciones deben adaptarse y abrirse a los cambios. Utilizar nuevas metodologías y diseñar las horas de clases con elementos que concentren la atención, explica Vaca. Por ejemplo, incluir juegos, dispositivos para investigación en línea, dinámicas de evaluación entre pares, interacción y otras estrategias donde estén implícitas formas de asimilar el conocimiento.
Esto implica que las escuelas, colegios y universidades inviertan en tecnologías accesibles a los estudiantes. Pero, según los datos abiertos del Ministerio de Educación, 7 759 unidades educativas (que representan el 45% de planteles) no tienen acceso a Internet.
Metodología de clase
La metodología tradicional de la clase de 40 minutos, centrada en el maestro ya no funciona. Así lo dice Claudia Tobar, directora del Instituto de Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
Según la docente, “el aburrimiento y desmotivación de los estudiantes en el aula piden que el sistema cambie”. Para ella, los educadores son responsables de adaptarse a las nuevas necesidades. Sin embargo, Luis Vaca calcula que 90% de los profesores del país, entre colegios y universidades, sigue con clases magistrales.