Ha pasado un mes desde que los estudiantes regresaron a clases presenciales en medio de la pandemia del covid-19.
En las instituciones educativas se manejan protocolos de ingreso, medidas sanitarias y la exigencia de llevar alcohol, uso obligatorio de la mascarilla y tener una de repuesto, en caso de alguna emergencia.
Miguel, de 8 años, regresó el pasado 7 de febrero del 2022 a su escuela ubicada en el centro -norte de Quito. Su madre, Nathaly, comenta que notaba que su hijo ya estaba cansado de recibir clases en línea.
Al inicio le preocupaba que cuando vaya a la escuela se contagie del virus por lo que le recomendó que siempre tenga a la mano el alcohol y solo en el recreo, para comer, se saque la mascarilla.
El pequeño le comentó a su madre que había momentos en que no soportaba el cubreboca y optaba por levantárselo para tomar aire. Nathaly le explicó que cuando se sienta así es mejor que lo haga en un espacio abierto y no en el aula.
Las semanas han pasado y la madre considera que Miguel cada vez se adapta mejor a utilizar estas herramientas para cuidarse del covid-19. Sin embargo, ha notado que, en algunas ocasiones en la cara le salen granos y, en otras se le reseca la piel.
La pediatra Magaly Montalvo menciona que a pesar de que el país vive una situación epidemiológica mejor respecto a la pandemia, el uso de mascarilla todavía es necesario para proteger a los niños que retornaron a clases.
Montalvo recuerda además que estamos atravesando una época invernal, con mucho frío, en donde se pueden enfermar con el virus de la influenza.
Cuidados
La especialista señala que la piel de los niños es delicada y el uso prolongado de la mascarilla puede causar irritación en la piel. También provoca resequedad en las fosas nasales, así como en las conjuntivas, que les produce picazón en los ojos.
Para evitar estos problemas, Montalvo aconseja, primero, el uso de una mascarilla noble, es decir una que no tenga pelusa, que es la que daña la piel.
Se sugiere usar una de tela por debajo y encima una quirúrgica o KN95 que se ajuste al tamaño del rostro. Lo importante es que se sienta cómodo para evitar que se la quite.
Es importante tener al menos cinco mascarillas e ir alternando su uso para evitar utilizar la misma todos los días.
Irritación en la piel
Andrea Lozada Caicedo, especialista en medicina familiar, señala que en los niños y adolescentes es común que se presente una dermatitis seborreica.
Esta ocurre porque la piel no respira y hay mucha cantidad de grasa que se acumula y se inflama. Estos son los granos que aparecen, generalmente, en la zona donde va la mascarilla.
Para contrarrestarla, Lozada recomienda la limpieza del rostro con un jabón neutro, dos veces al día, y no reutilizar la mascarilla ya que está contaminada.
Asimismo, Montalvo indica que se puede utilizar agua con avena para que la piel se hidrate.
El uso del cubreboca en los niños también provoca que las fosas nasales se resequen por lo que hay que lavar la nariz, dos o tres veces al día, con suero fisiológico. En los ojos igualmente se puede presentar picazón y Montalvo sugiere que se los lave con agua de manzanilla por las noches.
Uso de alcohol
Al igual que la mascarilla, el uso frecuente del alcohol ocasiona problemas en los más pequeños.
Andrea Lozada, explica que al tratarse de una sustancia química, con un PH distinto al de la piel, puede provocar una dermatitis atópica.
Se trata de una erupción en la piel y sus características son: enrojecimiento, resequedad y prurito o picazón. En este caso se recomienda la hidratación de le piel con una crema neutra.
En ciertos casos, señala Lozada, se podría dar una reacción alérgica fuerte en donde el enrojecimiento y la picazón son más intensas. Aquí se aconseja tomar un antialérgico, siempre bajo la supervisión de un médico.