El 10,8% de los contagiados con covid-19 en Ecuador es profesional de la salud

1 633 de 2 929 de estos trabajadores infectados son médicos, otros son enfermeros, auxiliares y más especialistas. Foto: archivo / EL COMERCIO

En Ecuador, el número de trabajadores de la salud contagiados con covid-19 llega a 2 929. Representa el 10,8% de un total de 26 872 casos confirmados por medio de las pruebas de diagnóstico PCR, según datos publicados ayer, 22 de mayo del 2020, en el informe del Ministerio del ramo.
La mayoría de los infectados son médicos, con 1 633 diagnósticos positivos. Le siguen los enfermeros y auxiliares, con 1 089. Los casos de los obstetras, odontólogos y psicólogos suman 207. En total se han tomado 11 381 muestras a este sector de la población.
Mientras que el número de fallecidos -confirmados y probables- alcanza los 37. Es decir, menos del 1% de los decesos registrados producto de esta cepa. Ayer, 22 de mayo, hubo 4 948, aunque hay subregistro.
“Estamos preocupados por esta situación compleja del personal de salud”, señaló Santiago Carrasco, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana (FME). El gremio ha realizado varios llamados al Gobierno para que se garantice la seguridad de los trabajadores, quienes están en la primera línea de contagio por su cercanía con los infectados.
Desde el principio -comenta- se observó una falta de preparación para enfrentar la pandemia, en especial, sobre la dotación de trajes. Sin embargo, hoy eso ha mejorado, aunque resta fortalecer protocolos de bioprotección. “Hemos ayudado en la elaboración de normas, protocolos y guías para evitar contagios masivos”.
En el Consenso Multidisciplinario Informado en la Evidencia sobre el Tratamiento de covid-19, de gremios médicos nacionales, se apunta que todo el personal de salud debe portar equipo de protección, de acuerdo al nivel de exposición.
Si un paciente requiere de una traqueotomía -abertura para suministrar una vía respiratoria- se recomienda el uso de trajes descartables, mascarilla N95, guantes y máscara facial. Luego del procedimiento, esto deberá ser desechado.
En el documento además se explica que este tipo de equipos “reducen significativamente la infección en los proveedores de salud”.
A esta recomendación se suma la higiene constante de las manos para evitar la transmisión entre los trabajadores, los pacientes y las personas externas a los hospitales.
Con el objetivo de proteger su salud -cuenta Carrasco- algunos médicos o enfermeros han optado por adquirir sus equipos de protección propios. Para ello han tenido que desembolsar un monto adicional para su compra. Por ejemplo se han adquirido mascarillas N95, batas, gorros, gafas y zapatones.
Todos estos insumos son descartables y suman cerca de USD 30. Pero, para una mayor protección están los overoles y visores, por lo que hay que añadir USD 30 más, dice el Presidente del gremio médico.
El martes 19 de mayo, en un conversatorio organizado por la Embajada de la República Popular China y la empresa Huawei, expertos resaltaron la importancia del cuidado del personal. “En una batalla todos los soldados deben estar vivos para ganarla. En el hospital si un médico se contagia de covid-19, 10 pacientes corren el riesgo de perder la vida”, sostuvo Liu Lei.
Él es presidente del Tercer Hospital del Pueblo de Shenzhen y subdirector del equipo de tratamiento de la Oficina del Comando de Prevención y Control de la neumonía por infección de coronavirus en ese lugar en el sureste de China.
Hasta el martes pasado, en ese centro médico no hubo contagios. Esto –dice- se debe a los rigurosos protocolos de bioseguridad, basados en tres directrices: prevención, control y monitoreo diario de los sanitarios. Se dispuso que el personal viva aislado tras cumplir su jornada. Y se les ha distribuido medicamentos para mejorar su inmunidad.
Al inicio de cada jornada, los trabajadores de la salud se registran en hojas para que les hagan seguimiento, en tiempo real. Yuan Jing, directora del Departamento de Infecciones del Tercer Hospital del Pueblo de Shenzhen, explicó que es importante aplicar pruebas de diagnóstico, cada siete o 14 días. No solamente a los galenos sino a la población para retomar actividades.
Ayer, 22 de mayo, -con 35 828 casos en el país- gremios médicos, sociedades científicas, rectores universitarios y más de 100 especialistas de varias áreas de la salud enviaron una carta al alcalde Jorge Yunda. Le piden no cambiar el semáforo de rojo a amarillo todavía en Quito.
“No permita que el 26 de mayo se abra Quito para ejecutar los planes pilotos, privilegie la vida de los quiteños, ya tendremos tiempo y manos vivas para ‘reactivar la economía’, no permita que los hospitales, las áreas de cuidados intensivos y las funerarias se desborden”.
Semanas atrás, el burgomaestre dijo que el martes 26 de mayo se determinará si la ciudad cambia las medidas de aislamiento por las de distanciamiento social, al cumplirse 70 días del primer contagio.