John Robinson es el vicepresidente y director ejecutivo de conservación de Wildlife Conservation Society. Foto: Julie Larsen Maher © WCS
El crecimiento demográfico y el consumismo pone en juego los recursos naturales y la supervivencia de muchas especies.
Los científicos sugieren que el mundo se encuentra en una nueva época, la del ‘nuevo humano’ llamada Antropoceno.
Es una época caracterizada por la depredación de las personas sobre la naturaleza: la contaminación, la extinción masiva de especies, el cambio climático, la basura, entre otros impactos.
Ante este panorama, hay quienes son optimistas y creen que existen alternativas y que, en algún punto, se logrará un equilibrio entre el desarrollo y la conservación.
Al igual que se extinguen algunas especies, otras se alejan de su desaparición gracias a programas de conservación. A pesar de las dificultades y de un sinnúmero de retos, los conservacionistas no se rinden.
Entre los optimistas está John Robinson, el vicepresidente y director ejecutivo de conservación de Wildlife Conservation Society (WCS) en Nueva York (EE.UU.), un referente mundial en la conservación.
EL COMERCIO lo entrevistó durante el XII Congreso Internacional de Manejo de Fauna Silvestre en la Amazonía y Latinoamérica realizado en el mes de agosto de 2016.
Durante los años que ha trabajado en conservación, ¿cómo ha cambiado este campo de la ciencia?
La conservación ha cambiado mucho a lo largo de los últimos 30 años. Empezó con un enfoque en cómo protegemos a los animales, y las personas estaban muy conscientes sobre la fauna en peligro de extinción. Después decidieron enfocarse en la naturaleza. La conservación de la naturaleza se expandió.
Las personas empezaron a pensar en establecer parques y áreas protegidas, incluir a los gobiernos, pueblos indígenas, entre otros. La conservación cambió desde un enfoque de las especies hasta pensar en cómo preservar la naturaleza en general. Después las personas veían los cambios que ocurrían en los parques.
Por ejemplo, la agricultura transformaba a los bosques, los ríos eran represados y eso tenía un impacto en las áreas protegidas. A pesar de establecer un área protegida, actividades fuera del parque estaban teniendo un impacto sobre esta. Cada vez más la conservación se enfocaba en que podías alcanzar un desarrollo sin destruir la naturaleza.
¿Cree que ha valido la pena los esfuerzos de conservación que se han hecho o cree que se debe cambiar el enfoque?
Estamos progresando en diferentes niveles. A pesar de las preocupaciones por las extinción, en realidad no hemos perdido a tantas especies y eso es debido a que la conservación ha sido exitosa. Creo que hemos hecho un buen trabajo en crear consciencia sobre las consecuencias de ciertos tipos de desarrollo. Esto no quiere decir que siempre ha sido exitoso y tampoco en todo lado. Es un proceso de convencer a las personas que necesitan pensar sobre las consecuencias ambientales del desarrollo. Si preguntas, la mayoría de las personas preferirían vivir en un mundo donde el aire y el agua están limpios, donde hay naturaleza y muchas de las especies que valoramos siguen vivas. Siempre hay una amenaza, pero realmente creo que estamos progresando.
¿Cuántas especies hemos perdido?
En realidad no sabemos cuántas han desaparecido. Hemos perdido algunos vertebrados pero muy pocos. Por ejemplo, en los últimos 50 años hemos perdido cinco o seis especies de mamíferos. Las poblaciones de muchas especies están disminuyendo, están en peligro de extinción pero las personas han trabajado duro para evitar que desaparezcan.
Cuando la población de unas especies se reduce a 2 o 3 individuos, ¿es posible hacer que su población se recupere o simplemente ya se la da por extinta?
Es muy duro cuando la población es tan reducida porque tienes un material genético limitado y es más duro recuperar una población. Pero hemos tenido casos donde las poblaciones estaban muy reducidas, como el elefante marino del norte en la costa de California, y ahora han logrado recuperarse con miles de individuos. Todavía no hay mucha variación genética en esa especie, pero sentimos que la población está relativamente estable. Es un reto.
¿Cuáles son los retos más grandes en la conservación?
Uno de los mayores retos es convencer a las personas que es de su interés conservar. Muchas personas no ven el valor de la conservación. Si no convencemos a las personas que la conservación es necesaria, nosotros perdemos. Muchos gobiernos ven el valor de la conservación pero no quieren invertir. Prefieren que los recursos lleguen de alguien más o de donaciones individuales.
El financiamiento siempre es un reto porque muchos de los recursos que llegan son de personas que no reciben un beneficio inmediato, entonces…¿Cómo convences a las personas que donar recursos es importante?
También se necesita mucha información científica para entender cómo hacer conservación y muchas veces simplemente no tienes ese conocimiento.
Algunas personas dicen que el mayor reto es que los gobiernos inviertan eficientemente para que puedan manejar bien la situación. Es un proceso muy difícil porque los sistemas son muy complejos, la información es un reto, la necesidad de manejo es un reto, producir algo bueno es un reto.
¿Cuál es el error más frecuente de los proyectos de conservación?
Probablemente hay muchos errores. Pero creo que lo más frecuente es que muchas veces uno no dispone del conocimiento local: ecología, culturas, la economía. Muchas veces las organizaciones llegan a un lugar por un tiempo muy corto y no logran tener ese conocimiento. Como resultado el programa toma decisiones que no consideran toda las variables.
¿Cree que hay futuro en la conservación?
Yo no sería un conservacionista si no fuese optimista. Realmente creo que estamos progresando. No soy un conservacionista que siente que el mundo está empeorando. Estamos atravesando un cambio que es muy difícil para la naturaleza, sin embargo, creo que si lograremos salir y alcanzar un lugar potencialmente más racional. Vamos a perder mucho de la naturaleza, pero creo que podemos aguantar y crear un mundo donde nosotros como seres humanos vivamos más efectivamente con la naturaleza. Realmente lo creo.
¿Cómo ve la conservación en Ecuador?
Ecuador es uno de los países más biodiversos en el mundo. Por ello, este país tiene una responsabilidad muy grande. Hay universidades buenas y jóvenes conservacionistas excepcionales. Creo que el gobierno es cada vez más consciente. En general hay más capacidad y más optimismo de que es posible hacer algo.