Festividades como San Valentín nos recuerdan no solamente la importancia del amor, sino también de tener amigos cercanos.
Eso trae beneficios para la salud emocional sino también física.
Los amigos ayudan a prevenir las enfermedades cardíacas, según una investigación realizada por la Universidad de Duke, en Estados Unidos.
Además, actúan mejor que un analgésico en caso de dolores físicos ya que está percepción se reduce cuando un amigo está físicamente cerca, por las sustancias que libera el cerebro como la oxitocina y dopamina, las cuales ayudan a reducir los niveles de estrés.
El vínculo permite que la persona incluso se recupere más rápido de una enfermedad, por la sensación de felicidad que experimenta al tener a sus amistades a su lado. Su sistema inmunológico mejora.
El psicólogo Francisco Le Bert, explica que es un vínculo necesario que se establezca desde la amistad, ya que fomenta la capacidad de comunicación y de toma de decisiones. La interacción empieza desde los dos años de edad, donde se crea un lazo con el otro.
Desde los seis años, los pequeños ya pueden formar una idea clara de quién es su mejor amigo. Esta relación fomenta su capacidad intelectual y un desarrollo cognitivo más rápido que quienes viven en mayor aislamiento. Los niños aprenden a compartir y a ser más tolerantes.
Camila Martínez y Juliana Donoso tienen 24 años. Desde el primer día que entraron al pre kínder entablaron una amistad que dura hasta la actualidad. Aunque Camila se fue a estudiar al exterior por cinco años, su relación no ha sufrido variaciones.
No hablan todos los días ni se ven muy seguido, pero el cariño está presente, comentan las dos chicas. Además, sentir que tienen el apoyo de la otra, aunque sea a la distancia, les ha permitido enfrentar cualquier problema y sentirse más seguras.
Ellas son un ejemplo de que una amistad que dura más de siete años, está destinada para perdurar por siempre. Así lo afirma la teoría del sociólogo Gerald Mollenhorst, que se dedicó a investigar cómo el contexto social de las personas influye en el tiempo que puede ser amigo de una persona.
Para Mollenhorst, las personas salen de nuestras vidas cada siete años por cambios en nuestro entorno, como el paso de la universidad al trabajo o la aparición de una pareja sentimental, ya que los intereses se van modificando. Es por eso que si logran superar estas barreras, no habrá más obstáculos que se les interponga.