Imagen referencial. las siglas Lgbti representan a distintitas partes de la comunidad de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales. Foto: Pixabay
La construcción de las siglas LGBTI+ ha tenido un largo recorrido desde la década de los 70, cuando se iniciaron en Estados Unidos las luchas contra la persecución a personas sexo-género diversas.
Édgar Vega, docente investigador del área de Comunicación de la Universidad Andina Simón Bolívar sede Ecuador, dice que el término LGBTI+ tiene aproximaciones que responden a distintas realidades. “Pero en el fondo encuentras disputas que dan sentido no solo a la nomenclatura, sino a su orden”, explica.
En los años 70, relata Vega, el uso generalizado de esta nomenclatura iniciaba con la letra ‘G’, en referencia a la población gay. Pero las luchas feministas de las mujeres lesbianas y trans lograron posicionar la ‘L’ por delante. Fue, de hecho, la población transfemenina liderada por Sylvia Rivera y Marsha Jhonson la que encabezó la revuelta de Stonewall (1969) en Estados Unidos, considerada el germen de las marchas del Orgullo Gay, que se celebra mundialmente cada 28 de junio.
“Las letras después de la ‘I’ van cambiando significativamente dependiendo de cómo se vivencia lo ‘queer’ en distintas regiones del planeta“, explica Vega, pero aclara que “en el caso ecuatoriano, como en algunos otros países de América Latina, esa enumeración ha sido desplazada por el término ‘diversidades sexogenéricas‘”.
Este término también conlleva el reconocimiento de la diversidad, la interculturalidad y las distintas disputas al interior de estos grupos. El objetivo del cambio en el discurso, dice Vega, es problematizar “aspectos cruciales como la exclusión por motivos de clase, raciales y de géneros diversos”, tarea en la que han fallado los estudios ‘queer’.
“Me parece ineludible que las audiencias se enteren del significado de estas letras, pero más allá de eso es importante que esta sociedad avance hacia la no discriminación por este tipo de opciones sexuales e identidades de género”, opina el docente. Y esta no discriminación conlleva también abordar temas como la precariedad a la que han sido empujadas las trabajadoras sexuales y las trabajadoras trans en esta pandemia, dice para citar un ejemplo.
Quizá las letras más identificadas de la nomenclatura LGBTI+ son las dos primeras. A continuación, un pequeño glosario basado en información de la página web de la Universidad de Illinois:
‘L’ es la inicial de lesbiana. Esta palabra se usa para describir a personas que se identifican como femeninas y que se sienten atraídas, ya sea de forma romántica, erótica o emocional, hacia otras personas de género femenino.
La ‘G’ significa gay, un término comúnmente usado para referirse a personas que se identifican con el género masculino y que se sienten atraídas hacia personas del mismo género. La palabra gay también se usa para nombrar de forma general a los colectivos LGBTI.
La B representa a bisexual. Una persona bisexual se siente emocionalmente, físicamente y sexualmente atraída a hombres y a mujeres. Sin embargo, puede haber una preferencia por un género sobre el otro.
La ‘T’ es por transgénero, es decir, personas que se identifican con un género diferente al sexo anatómico. La orientación sexual no depende de la identidad de género.
La ‘I’ es la inicial de intersexual. Este término es usado para describir a personas que nacieron con características sexuales biológicas que no son tradicionalmente asociadas con cuerpos femeninos ni masculinos. Esta palabra no se refiere a la orientación sexual o identidad de género.
La ‘Q’ representa a ‘queer’, un término paraguas para referirse a las diversidades sexuales, identitarias y hábitos de las personas no exclusivamente heterosexuales y monógamas. Sin embargo, como explica Vega, esta palabra “ha tenido un difícil aterrizaje en América Latina, porque se ha concentrado en un suerte de juego liberal de la identidad que no ha problematizado aspectos cruciales como la exclusión por motivos de clase, raciales y de géneros diversos”.
Si bien el acrónimo más común es LGBTIQ+, el signo ‘+’ hace referencia también a las poblaciones pansexuales, agénero, asexuales y a las aliadas. Pansexual hace referencia a la atracción sexual o romántica no limitada hacia personas de una identidad de género u orientación sexual determinada. Las personas agénero no se identifican con ningún género, mientras que las asexuales no tienen atracción sexual hacia otros.
Los aliados, por último, son quienes confrontan la homofobia, la bifobia, la transfobia y el privilegio de la heteronormatividad.