Los monos de la comunidad de Yatchil bailaron al ritmo de la banda de pueblo. Sus trajes fueron de diversos colores. Foto cortesía Municipio de Píllaro
La música interpretada por la banda de pueblo puso a bailar a Álex Palomino y a otras 40 personas. Vistieron trajes blancos, negros, cafés y máscaras confeccionadas con tela.
Ellos son parte de la fiesta de los Monos que se realizó en la plaza Central de la comunidad de Yatchil de la parroquia San Andrés localizada a 15 minutos del centro del cantón Píllaro, en Tungurahua.
En el evento también participaron las delegaciones de 8 de las 24 comunidades que integran esta parroquia pillareña. La actividad fue organizada por Willian Quishpe, presidente de la comuna Yatchil.
El dirigente cuenta que este personaje tiene más de 200 años de tradición, pero que hace cinco años comenzó a perder vigencia en las fiestas de fin de año. Eso motivó a Quishpe a iniciar una investigación sobre los orígenes del personaje y de este festejo que se desarrolla desde el 26 hasta el 31 de diciembre de cada año.
Con el apoyo de los personeros de la fundación Quinuales Cultura entrevistaron a los taitas y mamas del pueblo y analizaron varios documentos antiguos. En la indagación descubrieron que el prioste mayor del festejo fue Martín Lema.
Él financiaba los seis días de fiesta en el pueblo donde sobresalía el mono, como personaje principal del festejo. También estaba acompañado por los capariches, los buitres, los payasos y las viudas. “Queremos que esta fiesta sea declarada Patrimonio Intangible de la Nación y por eso iniciamos el encuentro de monos y viudas”, manifiesta Quishpe.
Palomino y Hólger Toapanta son parte de la delegación de los monos que representa a Yatchil. Se mueven de un lado a otro con unos bailes jocosos. Eso atrajo la atención de las personas que llegaron de Ambato, Quito, Latacunga y otras ciudades del país para ser parte de esta tradición.
A los coloridos atuendos de Palomino y Toapanta se añadieron un látigo y un pequeño mono de juguete que cuelgan de sus cuellos.
Toapanta bromea al decir que el muñeco representa al hijo del personaje que baila al ritmo de la banda de pueblo. Explica que el mono es un personaje dinámico que muestra la espontaneidad, el carisma, buen humor y de bailarín. “Estamos recuperando esta fiesta antigua de San Andrés. En el plan están involucrados los niños, jóvenes y adultos de la comunidad”.
Hace 20 años que se disfraza de mono, porque es un legado que heredó de sus abuelos y padres que le enseñaron desde pequeño a bailar, a contar chistes o hacer bromas para la gente.
En la celebración también participó Alfredo Quishpe, quien se vistió de capariche con un sombrero de paño, una camisa de colores y un pantalón blanco. El hombre, de 72 años, cuenta que la fiesta del mono se transmite de generación en generación, es decir, de padres a hijos, pero últimamente dejaron de vestirse.
Pero con el apoyo del Presidente de la comuna, la fiesta comenzó a resurgir nuevamente. “Vamos a trabajar para convertir a Yatchil en el centro de la cultura”, dice Quishpe.
Otro de los vecinos es Segundo Moposita, de 72 años. Recuerda que antiguamente salían a las calles más de 5 000 personas entre monos, capariches, viudas… para bailar.
DATOS
La comunidad de Yatchil es considerada la tierra del danzante de los festejos de Corpus Christi.
La celebración de los monos se realiza en todas las 24 comunidades de la parroquia San Andrés de Píllaro.
Los monos son parte de las fiestas religiosas y populares de las comunas de Cotopaxi y Tungurahua.
En las comunidades también se eligen a los años viejos, quienes financian la celebración de seis días.