Ruth Salvador ofrece árboles de hasta dos metros, que después serán reutilizados. Foto: Patricio Terán/ El Comercio
La época navideña se puede convertir en una amenaza para la conservación de la naturaleza. La tala de árboles con fines decorativos y el aumento de desechos son algunos de los principales problemas asociados a este mes.
Motivada por disminuir esta problemática, Ruth Salvador decidió crear un mecanismo para que las personas puedan rentar árboles, que después serán replantados. Esta joven de 29 años explica que esta idea es parte de su estudio de paisajismo y sustentabilidad Renaturalizar, donde se realizan propuestas que ayudan a que el espacio urbano cada vez sea más verde.
El proyecto de renta de árboles surgió hace un mes, cuando leyó un artículo sobre jóvenes mexicanos que llevaban a cabo esta iniciativa en su país. Después se dio cuenta que la idea era replicada en otros países como Suiza y Estados Unidos, y decidió empezar con todos los preparativos para ponerla en práctica en Quito.
Lo primero fue elegir una especie que sobreviva tanto en interiores como en exteriores, que fuera de fácil cuidado y que también sea atractiva a la vista para que sea utilizada en estas fechas. Tras realizar varias investigaciones descubrió que el ciprés cumplía con estas exigencias. Actualmente, ofrece árboles de dos metros de alto o de 1,5 metros.
Una vez que las personas eligen su planta, Salvador y su equipo acuden a los hogares para instalarlos y para dar las instrucciones sobre su cuidado. Salvador explica que es necesario regarlos periódicamente, usar un tipo específico de luces y poner adornos livianos que no afecten sus ramas.
La idea es que, al final de la temporada, los árboles sean replantados. Para esto existen dos opciones. Las personas que lo rentaron pueden elegir que sea replantado en su terreno o pueden devolverlo y el equipo se encargará de buscar el lugar para que pueda tener una segunda vida.
En el caso de que las personas ya hayan adquirido árboles de plástico o naturales, también existen opciones para generar un menor impacto a la naturaleza y que puedan reciclarse o reutilizarse.
Gustavo Redin, fundador de Epicentre, recomienda que, en el caso de que sean naturales, se debe dejar que el árbol se seque por completo y después se sugiere cortarlo hasta reducir totalmente su tamaño. En ese momento, se lo puede utilizar junto con los desechos orgánicos para compostaje, por mencionar un caso.
Redín cuenta que su equipo estará ofreciendo este servicio. Epicentre recibirá a estos árboles para su compostaje a un costo de USD 7. Las plantas serán depositadas en la compostera comunitaria que tienen en Nayón, nororiente de Quito. A través de esta iniciativa, Redín también ofrece el servicio de recoger los desechos orgánicos que se generan en los hogares del norte de la capital. Para contactarlos puede ingresar a la página web: www.planetaepicentre.org o escribir a sus redes sociales.