Pumapungo se conformó hace 14 años, en la Universidad Salesiana, de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO
El grupo Pumapungo, de la Universidad Politécnica Salesiana de Cuenca tuvo cinco presentaciones durante el último feriado. Sus integrantes interpretaron ritmos ancestrales en el evento ‘Mi Cuenca canta’ y los festivales Cioff Kolk Ecuador y Artesanías de América, en la capital azuaya.
Allí, tocaron fandangos, capizhca, chaspishka, albazos, sanjuanitos, tonadas, bomba, andareles, entre otros. Durante su trayectoria de 14 años, esta agrupación se ha presentado en todo el Ecuador. También, en Italia, México, Colombia y España. La última se realizó en junio pasado en la Red de Festivales Pueblos Hermanos, en Perú.
Pumapungo se presentó en los complejos arqueológicos peruanos de Raqchi y Sicuani. Allí, acompañaron al grupo de Danza Tradicional, de la misma universidad salesiana. El director de Pumapungo es Oswaldo Morocho, de 49 años. Tiene una trayectoria de 25 años, que fue reconocida y forma parte del estudio de Patrimonio Sonoro, que elaboró la regional 6 del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural.
Según Morocho, este grupo se creó con el objetivo de brindar un espacio para el aprendizaje de la música folclórica y la recreación de los estudiantes que ingresan a la Universidad Politécnica Salesiana.
En la actualidad, ellos quieren reivindicar la cultura ancestral y los ritmos e instrumentos andinos. “Queremos que esta música perdure porque los jóvenes casi ya no se dedican al género folclórico”.
Pumapungo está integrado por ocho músicos, que tocan flautas, zampoñas, rondadores, quenas, bombos, la batería, el bandolín, el bajo, la guitarra y el charango. Entre ellos están los indígenas saraguros José Sarango y Ángel Minga, quienes están en el grupo para desarrollar su afición por los ritmos y géneros andinos.
Al inicio de cada ciclo lectivo, el grupo realiza una convocatoria entre los nuevos estudiantes para que se inscriban y participen de los ensayos, que se cumplen los lunes, miércoles y viernes, de 13:00 a 15:00. Los sábados solo participan quienes están en aprendizaje.
Morocho dice que el proceso dura entre cuatro y seis meses, dependiendo de la aptitud de la persona. “Con ello están listos para una presentación. Al principio no es necesario que sepan tocar algún instrumento”. Cada ciclo reciben entre dos y tres nuevos integrantes, quienes se interesan más por aprender los instrumentos de viento andinos.
En el 2011, esta agrupación grabó un disco con 13 temas, de los cuales dos fueron inéditos e instrumentales. Fueron titulados como ‘Encuentro’ y ‘La danza de los muertos’, que son yumbos danzantes para coreografías.
El resto consistió en canciones tradicionales como Vasija de barro, La venada, Ñuca Llacta, La bocina, entre otras. Las 500 copias del disco fueron regaladas durante las presentaciones que cumplieron ese año en las ciudades italianas de Verona y Milán.
En el 2011 y el 2013 también grabaron en DVD dos conciertos, que realizaron en el teatro Carlos Crespi. El objetivo fue promocionar su arte. Los integrantes utilizan en sus presentaciones un pantalón negro y una camisa blanca porque buscan representar la vestimenta de los campesinos. “El otro traje es netamente indígena e incluye ponchos”, dice Morocho. Para diciembre interpretarán villancicos internacionales y tradicionales.