Los médicos, enfermeros, odontólogos, etc. deberán someterse a un examen antes de ejercer sus carreras. Una vez que aprueban obtendrán un permiso habilitante.
La Ley Orgánica de Educación Superior establece que los estudiantes de carreras que pongan en riesgo el interés público y la vida deben rendir este examen.El debate de esta legislación fue suspendido el miércoles pasado en la Asamblea, por lo que pasará por el Ministerio de la Ley.
De acuerdo con el texto de esta ley, el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) estará a cargo de tomar este examen.
Este organismo también tendrá que establecer las carreras que están obligadas a rendir esta evaluación. Lo único claro es que las carreras médicas serán las primeras.
Paola Zurita, estudiante de cuarto semestre de Medicina de la Universidad Central, se enteró de esta noticia hace dos semanas. “Por un lado está bien, porque debemos ser profesionales de calidad”, señala mientras ayuda a un alumno de primer semestre, en el laboratorio de embriología.
Pero considera que “si nos graduamos es porque estamos listos, es un gasto de tiempo y presupuesto innecesario”.
Su carrera dura seis años y luego de eso deberá realizar 12 meses de servicio rural. Según Milton Tapia, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de esta universidad, la formación de los estudiantes de Medicina es rigurosa.
Los aspirantes rinden un examen de ingreso o pasan por el nivel propedéutico. Al año ingresan un promedio de 1 200 jóvenes, pero se gradúan 200 ó 250. Durante la carrera realizan una serie de prácticas médicas en los hospitales.
Cuando se aplique este examen, el médico recomienda que se consensúe con las universidades, “para que no exista un divorcio entre los conocimientos aprendidos y los evaluados.El año de servicio rural, que se coordina con el Ministerio de Salud Pública, es una especie de “conscripción médica”, según Susana Alvear, experta en medicina familiar y profesora de la Universidad Católica del Ecuador.
Ella considera que el examen de habilitación tiene sus riesgos. “¿Cómo sabemos si hay confidencialidad? ¿Si no se van a pasar las preguntas?”.
Otro de los peligros es que un examen solo medirá los conocimientos teóricos y no los prácticos. Además, menciona que las universidades tienen diferentes realidades, “se debe construir un currículo de excelencia”.
Alvear explica que en países como Estados Unidos e Israel existen este tipo de exámenes, pero que se realizan en los dos últimos años de la carrera. “Se debe evaluar el proceso”, aclara.
Aún no se conoce cuál será el mecanismo para tomar el examen de habilitación, que consta en el artículo 104 de la LOES.
La Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades) lo incluyó cuando elaboró la propuesta de ley. Marcelo Calderón, coordinador del programa de Educación Superior de la Senplades, explica que ese artículo se creó para asegurar que los profesionales estén capacitados.
Según él, este se aplicará a las carreras relacionadas con la salud y las ingenierías, se incluye la arquitectura y la especialidad de alimentos. Después se integrarán profesiones sociales, como la historia. En general, estarán todas las profesiones que “pudieran comprometer el interés público”, poniendo en riesgo la vida.
Muchos alumnos aún no tienen claro si deberán rendir esta prueba. Jaime Guano, estudiante de Petróleos de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), supo del examen el miércoles pasado. Dijo que no está de acuerdo, porque “por algo se estudia 10 semestres”. Además de eso, deberá hacer una tesis, que no sabe cuánto tiempo le tomará. Una de sus inquietudes es “¿qué pasará si no se aprueba el examen?”. Calderón estima que habrá una segunda oportunidad, pero definir esos detalles le competerá al Ceaaces, en coordinación con la Secretaría de Educación Superior.