Imagen referencial. Los videos de contenido sexual en realidad virtual aumentaron en un 256% en el último año, a escala mundial. Foto: Pixabay.
Hace un año, la realidad virtual llegaba como una apuesta ambiciosa de la industria del entretenimiento. La inmersión del usuario en mundos digitales no solo proponía una atractiva forma de llamar la atención de las personas, sino también quería cambiar la manera en la que se disfrutaban experiencias. Y en este ámbito, la pornografía encontró una gran oportunidad para llegar a nuevos públicos.
A escala mundial, según datos de la plataforma Pornhub, el consumo de pornografía en realidad virtual se ha incrementado en un 256%. Tan solo en este sitio, uno de los pioneros en el ámbito, 500 000 usuarios consumen mensualmente este tipo de formatos, llegando a dispararse hasta los 900 000 en la temporada navideña y de fin de año.
Para el analista digital Milton Reinoso, el incremento de esta industria responde a dos factores concretos. Por una parte se encuentran los costos y accesibilidad de ciertos dispositivos de realidad virtual, con valores que van desde los USD 10 (como es el caso de las gafas de cartón producidas por Google). A esto se suman las opciones para realidad virtual o en formato 360° para la pornografía amateur, una de las más consumidas en la actualidad.
La creación de pornografía casera o amateur en realidad virtual es, precisamente, uno de los ganchos de Adrianno R., un modelo que transmite semanalmente sus videos a través de Cam4. Él comenta que empezó con este formato hace unos cuatro meses, cuando la plataforma se adaptó efectivamente a este. Antes, sus transmisiones tenían unos 15 a 35 visitantes; ahora, el número supera los 150. Él cree que el formato en 360° genera una experiencia más auténtica entre él y sus seguidores.
La percepción de Adrianno compagina con el último estudio realizado por vrporn.com, que señala que 30 de los 50 sitios más visitados con contenido de realidad virtual promocionan pornografía.
Juan Fernando Cevallos, psicólogo y terapeuta sexual, explica que el consumo dosificado de pornografía en realidad virtual no es un impedimento para que las personas tengan un desempeño efectivo en sus relaciones interpersonales. “Es un hecho que seis de cada 10 pacientes que llegan al consultorio consumen este tipo de material por lo menos dos veces por semana. Y a escala mundial, la Internet es un gran archivo de contenido pornográfico”, señala.
Para el especialista, lo importante es que el usuario aprenda a separar el un mundo del otro, ya que al ser experiencias más vívidas, se podría extrapolar ciertas experiencias a la vida real. Él enfatiza que al momento no existen estudios que determinen el impacto de este tipo de contenidos en el cerebro o la vida piscosexual.
De acuerdo con la consultora de mercados e inversiones PipperJaffray, en 2030 la realidad virtual tendrá el mismo nivel de crecimiento que tuvo la industria de la telefonía móvil en el período 2000-2015. Y si continúa el ritmo de producción de pornografía en este formato, esta llegaría a ocupar cerca de un 33,2 % de los contenidos de la web en el próximo decenio.