Alberto Acosta es quien les da forma a los personajes de leyenda en los cuadros que se expondrán en la ciudad. Fotos: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
El pintor Alberto Acosta trabaja en el boceto de ocho cuadros donde se retratan personajes mitológicos de la cultura afroesmeraldeña.
La propuesta es parte de un plan de revalorización cultural impulsado por el Municipio de Esmeraldas, que intenta mantener vigente a personajes que constan en décimas y poesías de escritores afroesmeraldeños.
El Duende, La Tunda, La Gualgura, La Mondongada, El Riviel, El Bambero, La Mula y La Bruja serán parte de las pinturas que se espera que estén listas a finales de diciembre.
Los cuadros estarán en una exposición que se montará en la ciudad de Esmeraldas y podrá ser vista durante los primeros dos meses del 2018.
Estos seres mitológicos han inspirado a poetas y decimeros como Julio Micolta y Diógenes Cuero, quienes han compuesto poesías y décimas con términos jocosos que usan los afroesmeraldeños.
Una de las figuras mitológicas de las que más se habla en la nacionalidad es la Tunda. Su historia ha inspirado la creación de canciones y hasta una película. En estas obras se ha explicado su origen y cómo engañaba a sus víctimas para llevarlos por el manglar.
Según el Municipio de Esmeradas, luego de la exposición de estas obras se planifica además la pintura de murales en la ciudad, con los mismos personajes mitológicos.
Larry Preciado, director de la agrupación Bambuco, cree que la iniciativa es un buen aporte a la cultura, pero sugiere que también se lo haga con personajes como Remberto Escobar, Ecolástico Solís, José Nazareno o Guillermo Ayoví.
“La creación de un museo en el que estén los guardianes de la tradición del pueblo afroesmeraldeño es lo que proponemos, para que los turistas cuenten con un sitio en la ciudad donde puedan conocer más de Esmeraldas”.
En las dos últimas semanas, Acosta ha pintado al Bambero y, últimamente, al personaje del Duende. Los pinta en ambientes que recrean la zona boscosa del norte de Esmeraldas.
En la pintura del Duende se ve un paisaje con canoas acomodadas en las orillas del río Bogotá, mientras las mujeres lavan su ropa en bateas y frente a sus casas construidas de madera y caña guadúa. Junto al río pintó varias plantaciones de caña.
Según las historias, es allí donde se escondía este personaje para observar a las mujeres que se acercaban al filo del río a realizar labores del hogar o mientras se bañaban.
Los relatos cuentan que el Duende era un hombre de estatura pequeña que vestía botas con espuelas, un sombrero y que montaba un caballo. A él le gustaban las muchachas jóvenes y de cabellera larga.
En cambio el Bambero, dicen los historiadores, es un hombre pequeño que monta una tatabra (mamífero similar al cerdo), usaba un sombrero y fumaba un gran cigarro. En su espalda lleva una bolsa con mucha hierba con la que cura a los animales heridos.
“Tratamos de recrear los ambiente apegados a los relatos que
constan en los libros de la mitología del pueblo afro”, señala Acosta.
Alba Lastre, de la Dirección de Cultura del Municipio de Esmeraldas, explica que con estas pinturas se montará una muestra itinerante en todo el cantón, como parte de la agenda cultural del próximo año que organiza el Cabildo.