Patricio Vallejo es creador artístico, actor, director y dramaturgo. Investigador, promotor y pedagogo. En 1991 fundó el grupo Contraelviento Teatro, con el cual aún trabaja. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
¿Por qué aceptó volver a la dirección artística del Festival de Loja?
Acepté volver por motivos personales y también porque para mí es un reto profesional sacar adelante un proyecto en el que siempre he creído y en una ciudad a la que he llegado a admirar y respetar mucho.
Después de la segunda edición del Festival, usted hizo algunas críticas sobre el papel que había tenido la dirección artística, ¿por qué?
En la primera edición la dirección artística sí cumplió el rol de modelar y de elaborar el festival y de tener una capacidad de incidir en los contenidos. En la segunda, la dirección artística pasó a una especie de segundo plano. La vocería y la manera de divulgar el contenido de los espectáculos y de los talleres se redujo. Mi percepción fue que la ciudadanía no tuvo el conocimiento sobre todo lo que estuvo programado.
¿Cuál es el concepto curatorial de esta edición?
El concepto curatorial lo propuso el Ministerio de Cultura. Ellos pensaron en esta idea de los lenguajes del mundo. Me parece pertinente porque las artes escénicas contemporáneas están muy vinculadas a la experimentación, donde lo preponderante es esta suerte de tejido y combinación entre los lenguajes artísticos. En esta programación he buscado espectáculos en cuyo interior se tejen diversos lenguajes.
¿Cuál es el presupuesto que se manejó para la contratación de los grupos internacionales?
Ese dato lo maneja la empresa Sartré Comunicaciones. Hice mis propuestas de programación y a los primeros que las presenté fue a ellos y luego al Ministerio, que este año por primera vez no solo aprobó el formato de presentación sino que también ha evaluado los contenidos de las obras.
En las anteriores ediciones, uno de los reclamos de los artistas tenía que ver con la diferencia del pago que se da a los elencos nacionales y a los internacionales. ¿Cómo se manejó este tema en la nueva edición?
Creo que no hay tanta diferencia en los pagos si se ve eso en perspectiva. Los grupos latinoamericanos en relación con los ecuatorianos tienen prácticamente el mismo coste del caché. Hay espectáculos mucho más complejos, más que nada los europeos, donde se siente una diferencia en el valor del caché. Ahí los costos logísticos son los que en realidad hacen la diferencia.
¿Bajo qué criterios ustedes eligieron a los 16 elencos locales?
Al comité curatorial se le sugirió que se evaluaran las obras en términos artísticos, estéticos y poéticos. También que las obras tengan un carácter renovador e innovador y que hablen de la identidad del artista creador. Luego se evaluó la diversidad de procedencia, de género artístico y del público al que va dirigido. El comité lo integraron Andrés Vásquez, Nathalie Elghoul y Sara Constante.
Acaba de mencionar que el comité apeló a la diversidad de procedencia de las obras, pero de las 16 la mitad son de Quito, ¿por qué?
Creo que ese dato tiene que ver con una constatación de la realidad de la producción escénica en el país. Más allá de esta sugerencia de buscar una diversidad de procedencia, también era importante que las obras cuenten con una calidad estética. El fuerte de la producción escénica sigue estando por ahora en Quito, aunque para mí es grato que haya dos espectáculos de Ibarra y uno de Macas.
¿Cómo definiría a esta edición?
Como la consolidación de un espectador que se va convirtiendo en un conocedor culto de artes escénicas y de un evento que pone en movimiento a una ciudad. Esta es una edición en la que se renueva todo lo que se había hecho. En la primera edición partí de la tradición más importante del teatro ecuatoriano, que es el independiente de grupo. En esta programación hay espectáculos que vienen de otra experiencia que van más allá de este tipo de teatro. De Colombia, por ejemplo llega Jimmy Rangel, que hace una coproducción con el Teatro Colón para presentar ‘Canción para dueto’ y Murga Madre, de Uruguay, que es una producción que surge del trabajo de dos actores.
Las autoridades lojanas han dicho que no quieren que haya una desconexión entre las partes in y off del festival, ¿como se va a lograr eso?
La coordinación con las autoridades lojanas para esta edición es reciente, porque el festival empezó a organizarse muy tarde y eso lo reconocen todos. Esta no es la mejor manera de hacer el festival. La programación ‘in’ está pensada para ocupar los teatros y los espacios convencionales adecuados y la ‘off’, para ocupar las plazas y calles y otros sitios de la geografía de la ciudad.
¿Qué elenco internacional se presentará en la inauguración del Festival de Loja?
El elenco que se presentará es el Ballet del Teatro Nacional de Belgrado, con la obra ‘Dictionary of the Khazars-DreamHunters’.