Piedrahita se inició en el diseño hace más de 30 años.
La diseñadora colombiana Olga Piedrahita presentó por primera vez una colección en Quito. Lo hizo la primera semana de octubre, en el Museo Interactivo de Ciencia, un espacio con aire industrial que fue dividido en secciones para mostrar el proceso de la creación de la colección Islandia.
“El término importante para la compañía es ‘glocal’, es decir, desde la mirada de la cultura local, pero para lo global”, dice, para empezar a abordar los conceptos de creación de su marca y de su colección más reciente.
Islandia fue inspirada en lo que produce la tierra de Barichara, una ciudad del norte de Colombia, según dio a conocer Piedrahita antes del evento. Explicó que los patrones que fueron estampados en las prendas tuvieron un punto de partida artesanal.
Primero, se elaboró papel a base de cabuya y piña. “Fuimos a los mercados y encontramos productos autóctonos: achiote, carbón, café”, relata. Con estos se armaron figuras geométricas que fueron prensadas con el papel.
Después, este material fue fotografiado y llevado al departamento de diseño. Allí se hicieron los montajes. Hay imágenes abstractas y otras con narrativas legibles.
Las telas para la colección de Olga Piedrahita fueron
seleccionadas en Textiles Lafayette. Fotos: Cortesía Lafayette
“Mientras más nos hemos abierto a un mundo donde estamos conectados, más nos está importando contarnos: nuestra esencia, valores, costumbres, todo lo que es expresión cultural”, asegura.
Pero esto no es nuevo para Piedrahita. Desde los 80 ha trabajando en la innovación de la moda latinoamericana y desde al menos ocho años trabaja con el concepto de lo ‘glocal’.
Con el archivo digital, el equipo de Piedrahita se dirigió a una empresa de textiles, donde eligió las telas. Se seleccionaron bases sensuales, con caídas que vuelan con el viento y transparencias. En la colección también hay bases con la estructura necesaria para la confección de chaquetería y abrigo de temporada.
Las modelos lucen vestido con textiles donde se aprecia el achiote estampado, en la Estación de luz.
Los asistentes a este espectáculo de moda pudieron ver y tocar, al acercarse a la estaciones, las imágenes, los acabados y los textiles. Este tipo de exhibición se diferencia de los desfiles de moda en los que el público puede observar de lejos las prendas y ‘looks’, pero no obtener mayor información de primera mano.
En el evento también se proyectó un ‘fashion film’, un video en el que modelos lucieron la colección en medio de los asombrosos paisajes de Islandia, en el norte de Europa. “Es un lugar de vientos, de líquenes, en el círculo polar”, finaliza Piedrahita.