El mundo literario de Sergio Ramírez, en seis novelas

El escritor nicaragüense ganó el Premio Miguel de Cervantes 2017.  Se considera heredero de los escritores del ‘Boom’. Foto: Archivo de diario la prensa.

El escritor nicaragüense ganó el Premio Miguel de Cervantes 2017. Se considera heredero de los escritores del ‘Boom’. Foto: Archivo de diario la prensa.

El escritor nicaragüense ganó el Premio Miguel de Cervantes 2017. Se considera heredero de los escritores del ‘Boom’. Foto: Archivo de diario la prensa.

La política y la literatura siempre fueron una constante en la vida del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, el nuevo ganador del Premio Miguel de Cervantes, el galardón más importante de las letras hispanoamericanas.

Su vínculo con la revolución sandinista, que cortó de raíz hace 20 años, aparece en libros como ‘Oficios compar­tidos’, un ensayo publicado por la editorial Siglo XXI, en 1994. En esta publicación, el autor se cuestiona sobre la compatibilidad entre la política y la literatura, a través de una mezcla entre datos autobiográficos e historia.

Su interés por la política lo llevó a convertirse en vicepresidente de su país en 1984, a fundar el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) y a terciar como candidato presidencial en las elecciones de 1996. Después de ese proceso electoral, se retiró de este ámbito y anunció que en su vida solo quedaba espacio para el mundo de la literatura.

Su despedida del ámbito político, como no podía ser de otra forma, la hizo a través de la publicación de un libro ‘Adiós muchachos’, una obra en la que explica los triunfos y sinsabores de aquella época y que con el paso de los años se ha convertido en una especie de tratado de cómo la gente debe alejarse de ciertos lu­gares y personas.

Desde que decidió dedicarse de lleno a la literatura ha escrito, sobre todo, novelas. Entre ellas ‘Margarita, está linda la mar’, publicada en 1998, con la que obtuvo el Premio Alfaguara de ese año. Esta historia se desarrolla a partir de dos cronologías diferentes: el regreso de Rubén Darío a Nicaragua a inicios del siglo XX y la muerte del dictador Anastasio Somoza, ambientada en la década de los cincuenta.

A mediados de noviembre, cuando se enteró de que había ganado el Cervantes, dijo que su literatura es una crónica de su país y en general de toda América Latina.

Ese interés por cronicar su entorno también se ve en novelas como ‘Sombras nada más’. Ese libro, publicado en el 2002, está ambientado en los años finales de la dictadura somocista y tiene como protagonista a Alirio Martinica, un hombre que trata de huir de su país pero que es capturado por jóvenes del Frente Sandinista y sometido a un juicio popular, cuyo tribunal es todo un pueblo reunido en una asamblea.

En el relato de Martinica se destapan los errores, abusos e injusticias que fueron omitidos durante los años de revolución, así como un puñado de actos heroicos que cayeron en el olvido de la población.

Uno de los filones literarios que más ha entusiasmado a Ramírez es la novela policíaca. En el 2008 lanzó ‘El cielo llora por mí’, un libro en el que autor retrata el mundo del narcotráfico, la corrupción y los abusos del poder. En esta historia aparecen dos antiguos guerrilleros y miembros del Departamento de Narcotráficos de la policía de Nicaragua: el inspector Morales y el subinspector Dixon, quienes investigan la desaparición de una mujer. En medio del caos de Managua, estos dos gendarmes enfrentan los peligros de los carteles de Cali y Sinaloa.

En ‘Ya nadie llora por mí’, su nueva novela, Ramírez recupera a uno de los personajes de ‘El cielo llora por mí’. El protagonista de esta novela, que fue presentada en la Feria del Libro de Guadalajara, es Dolores Morales quien es un detective que busca a la hija desaparecida de un millonario.

“Esta es una novela sobre el poder. A diferencia de lo que sucede en la novela negra anglosajona, donde la Policía, la justicia, el Estado funcionan bien, los detectives del género latinoamericano son personajes más degradados, más contaminados, están desbordados por la presión de las sombras del poder”, dijo.

Ramírez se ha reconocido heredero de la literatura de Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa. Al igual que el cubano Leonardo Padura, decidió que para narrar sus crónicas literarias tenía que estar en su casa de toda la vida, en su caso ubicada en Managua.

Con este reconocimiento, Ramírez suma su nombre a autores de la región como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Guillermo Cabrera Infante. José Emilio Pacheco y Nicanor Parra, el último escritor sudamericano que recibió este galardón.