La hija del rapero Gerardo Mejía fue una de las finalistas al Miss USA 2016. Foto: Next Models/Nadia Mejía
Los estándares de la industria de la moda pueden ser muy exigentes para las jóvenes que inician su carrera en el modelaje a temprana edad. Entre las posibilidades de firmar un buen contrato y las de quedar en el completo anonimato se encuentra, muchas de las veces, un factor determinante: el paradigma del peso ideal.
Contra esto tuvo que luchar en carne propia Nadia Mejía, la hija del rapero Gerardo Mejía, que este fin de semana se ubicó entre las cinco finalistas del certamen Miss USA 2016. Durante este año ha sido la representante de California, una de las zonas geográficas con mayor exportación de modelos al mercado estadounidense e internacional.
Precisamente, este es el lugar donde comenzó parte de la historia de su lucha contra la anorexia nerviosa, un trastorno alimenticio que afecta a una de cada 100 adolescentes, según la Cruz Roja. En Los Ángeles, donde reside, ella empezó su carrera como modelo a los 15 años participando en concursos de belleza. Con los años, su ascendencia latina se vio reflejada en un cuerpo que ella misma define como “voluptuoso”.
Sin embargo, esto no parecía suficiente en su medio. Al poco tiempo desarrolló una suerte de obsesión por su peso, esperando que se reduzca considerablemente para desfilar en las pasarelas estadounidenses.
Su desesperación por conseguir el peso ideal la llevó a pesar poco más de 46 kilogramos. Considerando que ella mide 1,80 metros, ella tenía casi 20 kg menos de su peso ideal.
El 14 de febrero de este año, la modelo escribió una emotiva publicación en el blog Not So Private Part. En un artículo titulado Amando la piel en la que estás, dice: “Soy una veinteañera que se recupera y sigue batallando todos los días en contra de la anorexia nerviosa (…). Al ser una modelo a tiempo completo, soy juzgada constantemente en base a mi apariencia y mis medidas”.
En su testimonio, ella cuenta que mantenía una lucha constante con la comida, llegando a comer no más de 1 000 calorías diarias.
Cuando recuerda aquellos años, Gerardo tan solo repite una frase: fue una época difícil. Desde los 18 años aproximadamente empezó una lucha familiar en contra de este trastorno, al cual, según Nadia, lo pudo superar “con la oración”.
Ahora tiene 20. Su peso se estabilizó en 60 kg gracias a una dieta balanceada y ejercicio. Estos años de batalla le dejaron una lección: el cuerpo femenino es hermoso en todas sus formas.
Instagram se ha convertido en un aliado para su lucha personal. A sus más de 200 000 seguidores los alienta a apreciar a su cuerpo de una manera distinta, a disfrutarlo plena y sanamente.
Su mensaje ya ha hecho eco en los Estados Unidos. Actualmente es vocera de la National Eating Disorder Association, una organización no gubernamental que trabaja con personas que tienen problemas con trastornos como la bulimia o la anorexia. Cuando habla sobre el tema, ella es enfática al decir que: “todos podemos sufrir de esto. El apoyo familiar es una gran ayuda para vivir plenamente”.