Un barril negro hecho en su totalidad de petróleo es lo único que decora la sala. El fondo con escasa luz y el eco de un discurso que se confunde en el ambiente evocan cuando Ecuador inició la exportación de crudo, en junio de 1972.
Esta escena, en una de las salas de exhibición del Museo Pumapungo de Cuenca, da la bienvenida a la exposición “Poéticas del presente”, que reúne las creaciones de ocho artistas ecuatorianos.
La instalación del barril pertenece a la artista guayaquileña María José Argenzio, quien ofrece a través de sus obras una lectura irónica del pasado. Ella comparte la exhibición con Adrián Balseca, Pablo Cardoso, Rosa Jijón, Janneth Méndez, Tomás Ochoa, Patricio Palomeque y Estefanía Peñafiel.
En la foto, una obra de Patricio Palomeque en la muestra ‘Poéticas del presente’ en el museo Pumapungo, en el centro de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO
La muestra es el resultado de una investigación de dos años sobre la actualidad del arte ecuatoriano y fue dirigida por el prometeo español José Luis Corazón, curador de la exposición. Su propósito fue presentar obras “que hablen del propio Ecuador y que sirvan como herramientas de reflexión”.
La exposición tiene un componente político e histórico. Las ideas están plasmadas en lienzos, fotografías, videos e instalaciones. Aunque la temática es variada, todas las obras están unidas bajo el concepto del título de la exhibición: Poéticas del presente.
Para el curador, el arte es una actividad que debe tratar temas del presente con una mirada crítica: “Procuramos mostrar la realidad actual a través de las muestras poéticas de cada artista”. Además, las creaciones están dirigidas a un público diverso, la intención es buscar la respuesta de la gente con un sentido crítico.
En las obras de los ocho artistas, Corazón no sólo encontró metáforas. Según él, son una indagación en la realidad propia, en donde el arte es una forma de reflexionar acerca de la actualidad. El objetivo es que, luego de visitar la obra, el público termine hablando de economía, política, migración, y de la misma poesía.
Las obras están distribuidas en tres ambientes. En el primero está una muestra de la cuencana Janneth Méndez, quien tiene una predilección por los materiales orgánicos. Esta vez aplicó la técnica “frottage”, que consiste en restregar papeles con sangre humana para recuperar las huellas de las maderas del suelo.
La siguiente muestra es del cuencano Tomás Ochoa que utiliza la pólvora para contar historias sobre lienzo. En el mismo espacio está la obra de Patricio Palomeque, quien resalta el elemento agua en una sucesión de fotografías en blanco y negro del río Tomebamba, en la zona del Barranco.
El recorrido continúa. En otra sala, el artista Pablo Cardoso creó un espacio idealista al que llamó Arcadia, con una serie formada por nueve cuadros de acrílico sobre lienzo. A unos metros está la obra de la quiteña Rosa Jijón, una serie de fotos en las que solo se ven puertas desgastadas, abandonadas o cerradas. Las imágenes se captaron en ciudades israelitas. Esta es la única muestra que no hace referencia a la historia ecuatoriana, pero que tiene un fuerte contenido simbólico y político, reflexionó Corazón.
Otra obra en exhibición pertenece a Adrián Balseca. Él a diferencia de los demás expositores, cuestiona el propio arte. Sus cuadros tienen elementos de uso cotidiano.
Para finalizar la exposición está el trabajo de Estefanía Peñafiel, quien aborda la migración con una muestra de imágenes tomadas por cámaras de vigilancia en la frontera, escenas en las que los personajes que tratan de cruzarla se convierten en palabras borrosas.
Las obras están recogidas en un libro, que lleva el mismo nombre de la exposición, en el que se puede encontrar una lectura completa del trabajo de cada artista.
La publicación estuvo a cargo de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt), responsable del programa de investigación Prometeo.
La muestra estará abierta hasta el 8 de marzo de 2015 en el Museo Pumapungo, ubicado en la Calle Larga y Huayna Cápac, en el centro de Cuenca. El horario de atención es de 08:00 a 17:30 de lunes a viernes y de 10:00 a 16:00 los fines de semana. La entrada es libre.