Una mirada a la ancianidad prehispánica

En el domo del MAAC se exhiben seis piezas de adultos de culturas de la Costa. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

En el domo del MAAC se exhiben seis piezas de adultos de culturas de la Costa. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

En el domo del MAAC se exhiben seis piezas de adultos de culturas de la Costa. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

La pieza principal mide 62 centímetros de alto y está avaluada en USD 40 000. Se trata de una figura de cerámica prehispánica que representa a un adulto mayor sentado al que le falta la parte superior de la cabeza y un fragmento a la mitad del rostro, lo que le imprime una apariencia inquietante. “Por el tamaño, la pieza antropomorfa es única en su clase, es un chamán en su asiento ritual, de poder”, dice Cristian Levi, mediador cultural del MAAC.

La figura de la cultura La Tolita (600 a. C.-400 d. C.) es una de seis piezas exhibidas en el domo del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) en la muestra ‘Ancianidad en las antiguas culturas de la costa’, parte de una serie de exhibiciones que pone en valor el fondo de 60 000 piezas arqueológicas del museo.

En las cerámicas de las culturas La Tolita, Bahía y Jama-Coaque pueden observarse los efectos del tiempo en los cuerpos humanos, tantos de personas del común como de individuos de élites de poder, con sus adornos característicos.

Levi, curador de la exhibición, habla en el caso de la pieza principal de “un alto dignatario”, con collares, brazaletes y piercings en las tetillas y con los pies enormes, hinchados, “una semideformación de los chamanes”, producto de los collaretes apretados en los tobillos y debajo de las rodillas. El color original ha sido erosionado. El hombre, como gran parte de las piezas exhibidas, tiene los ojos rasgados, signos de expresión marcados en la boca y falta de dientes.

“El objetivo es crear un nexo con nuestra reserva, exhibir obras de la enorme reserva del Museo a través de un hilo conductor, pero además ponderar el papel de los ancianos en las culturas ancestrales de la Costa”, agregó Levi. La representación permanente de los ancianos en el arte Tumaco-La Tolita y Bahía los evidencia como referentes sociales, transmisores de costumbres y “portadores de conocimiento y saberes místicos”. La longevidad es motivo de orgullo, un signo de la memoria que conecta con los antepasados.

En las piezas se encuentran cuatro chamanes. Una de ellos una mujer chamán, según el coordinador de la muestra. Los brujos y chamanes ejercían labores de sanación, oficiaban como jueces o educadores.

La figura de la anciana chamán de la cultura Jama-Coaque (350 a. C. – 1532 d. C.) es una botella silbato. Está sentada con un tocado en forma de gorro, adornado con tiras y botones sobrepuestos; la cara ovalada con líneas incisas finas que simulan arrugas en el rostro y ojos almendrados.

Tiene senos flácidos y una falda que va desde los pechos hasta las piernas. En la parte posterior se ubica el pico de la botella y en la nuca tiene la cámara de resonancia del silbato.

Valor. Las piezas están avaluadas en USD 79 220. El valor va desde los USD 20 y  1 000, hasta los 18 000 y 40 000.

Lugar. La muestra estará abierta hasta febrero en el MAAC, en la cabecera norte del Malecón, centro de Guayaquil.

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