Martina recibe terapia de fluidos y se le realizan exámenes de rutina. Foto: Gabriela Castellanos / EL COMERCIO
Martina fue rescatada la mañana del martes 27 de junio de 2017 por varias personas de la escuela de conducción San Francisco Auto Club. El can fue trasladado al Hospital Docente de Especialidades Veterinarias de la USFQ donde recibe los cuidados necesarios.
Luego de una ecografía, se encontró que Martina está preñada. Al parecer tiene cerca de cuatro cachorros en su vientre y está próxima a dar a luz. Por esta razón el personal médico de este centro confirmó a este Diario que se programó una cesárea para el lunes 3 de julio de 2017. En la misma intervención se aprovechará para esterilizarla.
Además, se encontró que la perra tiene lesiones en su cadera, pero son antiguas y no producto del accidente del 26 de junio. Esto se evidencia por las callosidades que aparecen en las radiografías. Sin embargo, sus veterinarios sí recomiendan una cirugía ortopédica para corregir este problema y darle una mejor calidad de vida. Por el momento se están realizando otros exámenes para descartar cualquier enfermedad adicional que pueda tener.
Luis Rodríguez, director del AutoClub, contó que han logrado realizar algunas investigaciones con respecto al siniestro. “El vehículo estaba siendo conducido por un estudiante de 18 años que está próximo a graduarse y a obtener su licencia tipo B (no profesional)”, indicó.
Martina es una perra que vive en el sector de la Y de Puembo y no tiene una familia. Fueron ellos quienes la bautizaron. Sin embargo, al consultar en el barrio donde ocurrió el accidente, Rodríguez asegura que nadie la ha reclamado como suya. “Hay algunas personas que le dan de comer, la conocen, saben dónde duerme, conocen a su compañero. Es de todos, pero no es de nadie”, comenta. Por esta razón, las personas del lugar tampoco sabían que estaba embarazada.
La investigación realizada por esa institución incluyó la recopilación de varias versiones de los vecinos del sector. “Martina estaba cruzando la Av. Interoceánica con otro perrito. Por el tráfico se asustaron y trataron de volver, el compañero de Martina llegó, pero Martina se quedó debajo del auto en el espacio entre las llantas”, dice Rodríguez. Además, asegura que el instructor sí recuerda escuchar un golpe pero que no pasaron con las llantas sobre ella, enfatiza.
“Mientras el instructor se bajaba del vehículo, una joven agredió verbalmente a nuestro estudiante –que ya estaba bastante nervioso y afectado por la situación”, denuncia el director del AutoClub. “Se le indicó al instructor que debía volver a la base para precautelar la seguridad de ambos”. Luego se dio la orden para que un equipo de esta escuela vaya en busca del animal para rescatarlo.
A través de sus redes sociales se hizo una invitación a las organizaciones de protección animal y ciudadanía a ser veedores del proceso. A este llamado acudió Lizeth Pazmiño, de la organización Paraíso Huellas Rescate Animal. “Nosotros escuchamos su versión y también visitamos a la perrita y nuestra idea es también educar. Propusimos dar talleres para que los estudiantes e instructores sepan qué se tiene que hacer”, indicó la rescatista.