La poeta Maritza Cino (centro) -junto a Tina Zerega (izq.) y Gilda Holst-, en la presentación de su libro de microcuentos ‘Días frívolos’ en el Maac. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Un libro sobre el tiempo y la memoria, sobre objetos que se coleccionan o que constituyen una ‘museografía’ de los recuerdos. Así describió la investigadora Tina Zerega a ‘Días frívolos’, el octavo libro de la poeta guayaquileña Maritza Cino, pero el primero de relatos, presentado la noche de este miércoles 3 de agosto de 2016 en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (Maac) de Guayaquil.
La edición de Cadáver exquisito cuenta con 23 microcuentos, emparentados con la poesía por su corto aliento pero también lleno de “imágenes poéticas y densidad metafórica”, según la escritora Gilda Holst, quien comentó la obra ante el público que llenó una de las salas temporales del Maac.
“Es el libro más esperado por mí. Es intentar jugar con algo diferente. Es decir, narrar es salir un poco de las imágenes que te comprimen, como puede ser la poesía”, indicó Cino, catedrática de la Universidad de Guayaquil y de la Universidad de las Artes.
Zarega dijo que el libro trata sobre memorias-objeto o memorias-fragmento, al parecer frívolas por lo cotidianas, pero que toman otro cariz en la escritura de la autora. “Hay una sensación museográfica en el libro. Es como visitar un museo de objetos, de personas y estampas, a veces desde los detalles o a veces desde los cimientos de eso que es familiar y que de repente se vuelve extraño cuando uno lo ve después de un tiempo”, dijo.
En los relatos, un personaje colecciona muñecas como reemplazo de un ser querido, otro colecciona garfios de manera involuntaria y un padre acumula tanquecitos, miniaturas de guerra, casi como una manera de defenderse de sus hijos.
Los cuentos ahondan también –según Holst- en la autoreferencialidad o la mataliteratura, la descripción sobre las tareas o del trabajo del escritor y del lector, de la escritura misma como proceso creativo con sus estragos y beneficio, dijo.