Liam Neeson regresa a la pantalla grande como el protagonista de ‘Asesino sin memoria’. Este ‘remake’ de la película belga de 2003 ‘The Memory of a Killer’ llega a la cartelera nacional desde este 9 de junio de 2022.
Neeson es un hombre “con un conjunto muy particular de habilidades”, que lo han convertido en uno de los referentes del cine de acción en la última década.
El estreno de ‘Búsqueda implacable’ en 2008 mostró a un actor con mucha habilidad en el manejo de armas, el combate cuerpo a cuerpo y una actitud demoledora frente a sus adversarios.
Un actor hecho para la venganza
Frente a la cámara, el actor descargaba su venganza contra sus enemigos con inclemente violencia, sin dejar de proyectarse como un amoroso padre de familia desesperado por proteger a los suyos.
El elogiado desempeño del actor como un retirado, pero peligroso agente de la CIA, creado por Luc Besson, le permitió alargar la historia con dos secuelas más.
También hizo que otros directores lo convocaran para reafirmar su arquetipo como figura de acción en producciones como ‘Sin identidad’, ‘Sin escalas’, ‘Venganza bajo cero’, ‘El protector’, ‘Una noche para sobrevivir’ o ‘Blacklight’.
Sin dejar de probar otros géneros, en pocos años acumuló una serie de películas que, con ligeras variaciones, tenían una cosa en común: a Neeson buscando venganza.
El nominado al Oscar hizo del “conjunto muy particular de habilidades” una receta que repetía en cada thriller y película de acción que sumaba a su filmografía. Fórmula que, desgastada o no, aún sigue funcionando como gancho de entretenimiento en la pantalla grande.
La venganza en otro contexto
En ‘Asesino sin memoria’, el actor de 70 años le da vida a un vengador solitario e implacable dispuesto a todo para cumplir, lo que a sus ojos sería, un acto de justicia.
Sin embargo, la que parece ser otra más en la larga lista de cintas de acción al estilo Neeson, pone en juego una serie de elementos que podrían despertar el interés en este nuevo thriller.
Neeson se pone a las órdenes de otro veterano en el cine de acción como Martin Campbell, el mismo que dirigió al agente 007 de Daniel Craig en ‘Casino Royale’.
Al equipo se suman estrellas como Guy Pearce, recordado por su trabajo en ‘Memento’ y la actriz de larga trayectoria Mónica Bellucci.
A estas señales se suma un guion firmado por Dario Scardapane, quien actualiza la historia original, basada en el libro ‘El caso Alzheimer’, y la pone en un contexto más contemporáneo.
La redención más allá de la venganza
Esta vez, Neeson se mete en el papel de Alex Lewis, un veterano asesino a sueldo capaz de matar a un hombre frente a su madre en la habitación de un hospital sin el menor titubeo. Una primera acción que parece advertir la violencia con la que se manejará el tono de la trama.
Pero Lewis no es un mercenario como otros que se ven en la pantalla grande. Este sicario de oscuro pasado no solo carga con el peso de los años sobre su espalda, además tiene cada vez más problemas para cumplir con sus ‘encargos’ debido al Alzheimer.
Debido a eso, constantemente tiene que escribir recordatorios en su brazo, tal como hacía el personaje de Pearce en ‘Memento’ y que aquí queda registrada como un guiño al filme de Christopher Nolan.
Sin embargo, el filme deja pasar la oportunidad de explorar a fondo esta patología en un personaje como Lewis y queda reducida a un comodín para propiciar unos cuantos giros a la trama.
Sorprendentemente, Lewis también es un asesino con código moral y se niega a ejecutar su siguiente misión. La consecuencia de esa decisión lo convierte en el objetivo principal de una red criminal de tráfico de personas, liderada por la magnate de los bienes raíces, Davana Sealman (Bellucci).
Esa misma organización criminal está en la mira del agente especial Vincent Serra (Pearce) y otros dos oficiales. Los esfuerzos del equipo por hacer justicia son frustrados por los intereses políticos y económicos de las altas esferas.
Ambientada en los polvorientos y secos paisajes de la frontera entre México y Estados Unidos, el conflicto que detona la trama topa tangencialmente la agresiva política de migración y las organizaciones que sacan provecho de aquello, con un recorrido por los centros de detención de migrantes incluido.
Sin saberlo, una despiadada muerte pone a Lewis, así como a Serra tras el mismo objetivo. En esa búsqueda, el director ofrece ciertos momentos de acción efectivos en los que se luce la experiencia de Neeson y Pearce.
La venganza para uno y la justicia para otro serán dos líneas de un mismo camino que acercarán a los protagonistas hacía un desenlace, en parte previsible, pero no menos dramático.
Como siempre, Neeson no defrauda como figura de acción, pero el irregular desarrollo de la cinta funciona como un entretenimiento al que le costará quedarse en la memoria fuera de la sala de cine.