Los visitantes pueden interactuar con los objetos del gabinete. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
Una reproducción de la carta escrita por el cacique Leandro Sepla y Oro -gobernador indígena y regidor del cabildo de Riobamba– a Alexander von Humboldt, para contarle sucesos anteriores a la conquista incaica reposa -desde el viernes 9 de agosto del 2019- en una mesa que es parte de ‘Gabinete: Humboldt Precolombino’.
En este espacio, que se abrió en una de las salas temporales del Museo Casa del Alabado, también hay ejemplares prensados de plantas nativas descritas por Humboldt, Bonpland y Kunth; documentos y planos pertenecientes a este explorador alemán realizados a su paso por Ecuador, y una edición original del libro ‘Geología y Geografía del Ecuador’ escrito por Teodoro Wolf.
La recreación de este estudio también permite conocer e interactuar con documentos, ilustraciones y objetos vinculados al pasado del país, como grabados y planos de ruinas incásicas, mapas topográficos que incluyen sitios arqueológicos que ya no existen, o vistas de tecnologías indígenas como el transporte en balsa.
Uno de los objetos de este espacio es una reproducción de la carta de Leandro Sepla. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
Junto a la única ventana que tiene este gabinete de curiosidades cuelga una reproducción del Tableau Physique, un diagrama donde Humboldt dibujó una serie de ecosistemas detallando su temperatura, altura, el color del cielo, las formas de las nubes y los tipos de plantas y de minerales que encontró en el suelo. En este dibujo sobresale la imagen del majestuoso Chimborazo.
Varios de los objetos que forman parte del gabinete y que provienen de lugares como el Archivo Histórico del Ministerio de Cultura y Patrimonio y del herbario de la Universidad San Francisco de Quito, también sirven para mostrar cómo Humboldt entabló conversaciones con otros pensadores y científicos del continente, como Carlos Montúfar.
A criterio de los catedráticos Mark Thurner y Jorge Cañizares-Esguerra, que fueron parte del recorrido inaugural de este espacio, también sería importante recordar a los indígenas que acompañaron a este explorador durante sus travesías. Entre ellos, a José de la Cruz, quien durante cinco años cargó el barómetro de Humboldt por todas partes, incluso en las alturas del Chimborazo.