En el Centro de Acogida de Asonic de Quito hay un espacio de juegos para que las madres compartan junto a sus hijos. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.
Un día a la vez. Es su filosofía de vida. Ya no se aferra a ese pasado que evoca el día en que su pequeño, Jeremy Chávez, de 4 años, le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda. Tampoco mira el futuro. Lo único que le importa es verlo jugar.
Etelvina Delgado es de Riobamba y desde hace cuatro meses vive con su hijo en el centro de acogida de la Asociación de Niños con Cáncer (Asonic) ubicado en el norte de Quito. Esta casa recibe a familias de niños con cáncer de diferentes provincias del país que por motivos de tratamientos médicos deben viajar a la capital.
En este lugar hay habitaciones con baños privados, una zona de juegos para los pequeños, computadoras y una sala con televisión. Al ingresar a la cocina hay una lista del menú que las madres preparan durante la semana. Además, con la ayuda de voluntarios realizan chocolates que los ponen a la venta para sustentar los gastos que genera la operación del centro.
Solo en Quito se diagnostican 270 casos cada año, de los cuales 165 son de provincias.
Y, según la proyección del Registro Nacional de Tumores de Solca Quito, en Ecuador, a 17 de cada 100 000 menores de 19 años se les diagnosticará cáncer hasta finalizar el año.
Gissella Sánchez, hemato- oncóloga pediatra de Solca Núcleo de Quito, dice que existe una diferencia entre el cáncer de los adultos y el infantil. Las mujeres, por ejemplo, pueden realizarse pruebas como el papanicolaou para detectar tempranamente algún tipo de cáncer, mientras que en los niños no es posible.
Además, los cánceres de la niñez pueden ocurrir repentinamente y sin síntomas.
En la oncología pediátrica -sigue Sánchez- lo más frecuente en Ecuador y en el mundo es la leucemia. Entre 2006 y 2010 hubo 152 casos de ese tipo en Quito. Hay 12 tipos de cáncer en hombres y mujeres, según la Clasificación Internacional de Cáncer Pediátrico.
La leucemia linfoblástica aguda es la más curable en los niños. Jeremy ya lleva nueve meses con su tratamiento en el Hospital Baca Ortiz. Ahí recibió cuatro sesiones de quimioterapia. Cuando le dieron de alta se quedó en Asonic por cuatro días. Luego de estos procedimientos es importante vigilar a los niños que pueden tener alguna reacción.
Sánchez hace énfasis en que la oncología en infantes busca la curación para toda la vida. Tienen un 85% de probabilidades de sobrevivencia en el caso de leucemia. Y hasta el 100% en los casos de tumores sólidos (cáncer de riñón).
Las tasas de sobrevida global están entre el 70% de todos los tipos de cáncer infantil en el mundo, según la Unión Internacional Contra el Cáncer.
En Quito, hasta el 2010, la sobrevida global de 0 a 19 años fue del 62%, según los datos del Registro Nacional de Tumores.
Sonia Córdoba es de Quinindé y llegó a Asonic con su hijo Luis de 15 años que tiene osteosarcoma (tumor a los huesos).
Está internado en el Hospital Eugenio Espejo ya que tuvo una recaída porque no recibió tratamiento durante dos meses, pues le cambiaron a su médico tratante. Su estado es delicado. Por ello recibe medicina para calmar el dolor.
En esta casa, las familias no solo tienen un espacio para dormir y alimentarse. También reciben apoyo psicológico y de tipo legal. Ligia Pérez es psicóloga y voluntaria de Asonic. Ella realiza el seguimiento de los casos que asisten a la casa. Otra de sus funciones es ayudar emocionalmente a los padres.
Pérez menciona que unos de los problemas que se evidencian es que muchos de los padres abandonan los tratamientos de sus hijos por falta de recursos económicos y la dificultad de movilizarse.
Solo en Quito, el 27% de los pacientes deja de tratarse, lo que equivale a una sentencia de muerte.
Este domingo, 15 de febrero, se recuerda el Día Internacional del Niño con Cáncer y Asonic realizará una campaña para recolectar tapas en espacios públicos de envases plásticos para venderlas y conseguir dinero para construir una nueva casa.