Ricardo Bohórquez, fotógrafo guayaquileño y cronista gráfico de la historia reciente urbana, abrió la muestra ‘Anacrónicas’ en Viva la música. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
El fotógrafo guayaquileño Ricardo Bohórquez propone un repaso por las visiones ‘Anacrónicas’ de un Guayaquil del pasado, fuera de época, y de una región temporal que busca poner a dialogar con el presente en una exposición que inaugura la nueva galería del bar Viva la música, en el centro de Guayaquil.
Una serie de quince fotografías de marzo de 2015 cuenta a manera de crónica -desde el reatrato y la captura del ambiente– el último día del desaparecido Cine Presidente. “Son el colmo del anacronismo, salas de cine clásicas de Guayaquil que tuvieron que convertirse en cines porno y que ahora son templos evangélicos”, comenta el fotógrafo.
Abierto en marzo pasado y ubicado en las calles Panamá 512 y Luzárraga, el bar Viva la música cuenta con una galería de arte en un altillo y busca convertirse en un espacio para las bandas de música alternativa del país.
Las siete series que hacen parte de ‘Anacrónicas’ incluyen una evocación en blanco y negro de 2004 del desaparecido bar Montreal, sitio de encuentro de intelectuales desde los años 50. El interés por la arquitectura patrimonial y el testimonio de un centro que ya no está hacen parte de las fotos más antiguas, que datan de mediados de los años 80.
Otra de las series muestra los bares–barcazas y los antiguos muelles del Malecón a finales de los años 90, antes de la construcción del Malecón 2000.
La nueva galería del bar Viva la música en el centro de Guayaquil busca acoger exposiciones de fotografía, ilustración y arte plásticas. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
“Son historias que nos permiten hablar de la ciudad, ir hacia atrás para mostrar un Guayaquil que ya no existe y con eso darle la mano al espectador para ir hacia el futuro, en una transición a sitios como este nuevo lugar del centro, donde estoy exponiendo”, indicó Bohórquez. “La ciudad que era se fue, la nueva es la misma con distintos polos”.
Las historias se extienden a territorios como General Villamil Playas con una serie titulada ‘Esperando a Bo Derek’ sobre el único balneario que le quedó al Guayas tras la provincialización de Santa Elena; a Galápagos –el balneario de la isla Fernandina en 1985- o de la vía Guayaquil–Cuenca.
La serie del viaje a Cuenca evoca el paisaje montañoso y las estampas humanas a la vera del camino, visibles desde la ventana de un bus, en uno de esos tantos recorridos en los que el fotógrafo se disponía a ir en busca de su hijo a la capital azuaya.
La foto cumbre muestra el perfil oscuro de una montaña recortada en el cielo celeste del crepúsculo y una aureola amarilla de sol que envuelve los “cachos” de una montaña del Cajas. “Ese día iba en el bus y salió esta la luz perfecta para las fotos, la famosa bola dorada, una luz muy lateral que me acompañó todo el viaje”, cuenta Bohórquez. “Esta serie, titulada ‘Goldenauer’, me deja en el presente”.
Viva la música responde a los intereses de Omar Sotomayor, fotógrafo profesional, bajista y voz líder de la banda de rock punk Ultratumba, socio del bar junto a José Sánchez.
En un inicio la nueva galería se planteó solo para exposiciones fotográficas, ahora se plantea también acoger exposiciones de ilustradores y artistas plásticos. La idea es abrir al menos una muestra cada mes.
“Guayaquil se quedó sin un lugar donde ir a escuchar música de bandas locales”, indicó Sotomayor. “Hay sitios para el rock más pesado, pero no había lugar para una onda alternativa, más pop rock, blues o incluso bolero. El bar Diva Nicotina, en Las Peñas, cambió hace años su modo de operar y todavía suceden cosas allí, pero de forma muy esporádica. Ese público quedó huérfano”, agregó.