El cantante colombiano Juanes ha sido una figura muy activa en este tema en su país. Tocó en el evento del Premio Nobel de la Paz del año pasado. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.
Una constante en la trayectoria de Juanes es su voluntad de topar problemas sociales en sus canciones. A su éxito musical suma su notoriedad como activista social y por dedicarse también a distintas labores en pro de la paz, la justicia y los jóvenes, entre otros. El colombiano ha recibido reconocimientos por su trabajo fuera de los escenarios y ha sido una de las voces activas en el posconflicto de su natal Colombia. Juanes habló con EL COMERCIO sobre cómo el arte se relaciona a este proceso social.
Actitud, una de las canciones de ‘Mis planes son amarte’, plantea la necesidad de que haya más amor en el mundo, ¿qué sería distinto si esto sucediera?
Pienso que a veces la palabra amor puede ser como muy usada. Creo que lo importante es la compasión, o sea, la capacidad de ser sensible con lo que le pasa a la persona que está a tu lado, poder tener más consciencia de que todos somos distintos y que no todos necesitamos lo mismo pero que nos tenemos que ayudar porque vivimos en un solo lugar.
Durante toda su trayectoria, ha resaltado el tema del amor, así como ciertos temas sociales. ¿De dónde surge esta motivación por hablar de estos temas?
Bueno, yo pienso que eso viene como en uno. Retomaría a cuando tenía 15 años, entre 1987 y 1988. Estábamos viviendo una Medellín más compleja. Y en ese entonces era parte de un grupo de rock que se llamaba Ekhymosis. Todas las letras de ese grupo eran letras sociales: lo que pasaba en la ciudad con los jóvenes y cómo nos sentíamos con respecto a lo que nos estaba afectando. Y pienso que ahí surgió como un interés por esa parte social, que sigue viva hasta hoy, que me llama mucho la atención y me importa. El comportamiento de las personas y cómo reaccionamos a ciertas cosas.
¿Cómo cree que visibilizar este tipo de problemáticas o realidades a través del arte ayuda a encontrar soluciones?
Pues creo que el arte es de las formas más efectivas para hacer visible cualquier cosa de la sociedad. De hecho, cualquier sociedad necesita del arte para poder construir la paz. Es fundamental. Y a través del arte nos reconocemos a nosotros mismos, reconocemos a los demás. No olvidamos el pasado y nos proyectamos hacia el futuro. Entonces por eso creo que el arte sí es clave en todo este tipo de cosas. La música no necesariamente va a cambiar la forma de actuar de alguien. Pero sí sirve para llamar la atención sobre determinados temas eventualmente.
Recientemente se unió también a una iniciativa en prevención de suicidios, ¿a qué otros temas se acercaría?
Yo trabajo, por ejemplo, con la Fundación Mi Sangre. Llevamos ya 11 años trabajando juntos y básicamente con niños, niñas, jóvenes adolescentes que han sido víctimas de la violencia generalizada en Colombia. Y lo que hacemos es trabajar desde la educación, la lúdica, la música, la pintura, la danza, el hip-hop; todo lo que los chicos están interesados en hacer a través del arte para ayudarlos a liderar sus propias iniciativas, y que sean líderes en su comunidad. Y no solamente ellos, sino también sus profesores y los padres de familia. Eso es básicamente lo que hacemos: esa conexión real entre nosotros y con el universo.
Hace más de un año se dieron las votaciones por el referéndum en su país, ¿cuál es su lectura de los resultados y qué acciones cree que se pueden tomar de aquí en adelante?
Mi lectura es que el posconflicto va a ser muy largo y difícil. Llevamos un año que es supercomplejo: el país ha estado muy polarizado. Pero pienso que estamos en el lado correcto de la historia. Y siento que no todos los políticos son malos; no podemos generalizar todas las cosas. Siento que hay mucha gente que tiene muchas ganas de sacar adelante ese proyecto de país. Para mí, va a tomar mucho tiempo y va a ser muy difícil, pero definitivamente un país campesino y agricultor como Colombia merece esta oportunidad. Porque 50 años de guerra es demasiado. Y yo pienso que el daño que le ha hecho eso al país y al desarrollo ha sido muy profundo. Mucho dolor. Y por ese mismo dolor, y por esa misma dureza del conflicto, es que ahora es tan difícil pasar la página y tener que aceptar cosas que inicialmente jamás pensamos que tendríamos que aceptar. Pero por lo pronto soy positivo y espero que todo salga bien.
Se acerca la época navideña, ¿qué pediría para su país, para naciones como Ecuador, Venezuela o el mundo?
Lo que más puede pedir uno es la paz. Porque eso es lo que necesitamos todos. Y la paz es un complemento de muchísimas cosas: oportunidades, educación, salud, derechos. Así que eso es lo que pediría.