La música tropical llora a uno de sus más grandes exponentes. El 8 de abril de 2025, Rubby Pérez, el eterno ‘Ciclón del Merengue’, falleció trágicamente mientras cantaba en un concierto en Santo Domingo. Un colapso en la discoteca Jet Set interrumpió su última presentación, dejando más de 60 muertos. Entre ellos estaba él: un hombre que literalmente murió haciendo lo que más amaba.
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La noche del 8 de abril, Rubby Pérez se presentaba en la discoteca Jet Set, un emblemático local de Santo Domingo. Durante su actuación, el techo del establecimiento colapsó repentinamente, atrapando a cientos de personas bajo los escombros. Equipos de rescate trabajaron intensamente para socorrer a las víctimas. Inicialmente, Pérez fue reportado como desaparecido; su hija, Zulinka Pérez, relató que él utilizó su voz para guiar a los rescatistas. Sin embargo, horas más tarde, se confirmó su fallecimiento.
Una vida marcada por la música y la resiliencia
Rubby Pérez nació para cantar, aunque el destino quiso ponerle pruebas. A los 15 años, un accidente lo dejó sin una pierna, truncando su sueño de ser beisbolista. Pero la vida le tenía preparado otro escenario: el del merengue. Su paso por la orquesta de Wilfrido Vargas en los años 80 fue solo el inicio de una leyenda.
Luego vinieron sus éxitos en solitario: Enamorado de ella, Buscando tus besos, Hazme olvidarla, Tonto corazón. Rubby no solo cantaba: contaba historias que hacían llorar, bailar y recordar.
Ecuador: una segunda patria para Rubby
En Ecuador, su voz se convirtió en banda sonora de fiestas, amores y recuerdos. En Quito, Guayaquil o Cuenca, bastaban los primeros acordes para que todo el mundo coreara sus canciones. “Volveré”, su himno más conocido, es aún hoy una promesa que resuena en miles de hogares.
Rubby no solo llenaba conciertos. Llenaba corazones.
Un artista que vivió —y murió— de pie
A pesar de su discapacidad, nunca aceptó la compasión. Bailaba en tarima, contagiaba vida, y conmovía hasta al más duro. Fue un símbolo de fuerza, inspiración y amor por la música.
“Cantar es lo que me mantiene vivo”, solía decir. Y así se fue: vivo en su voz, eterno en su legado.
Carrera como solista y éxitos inolvidables
En 1987, Pérez decidió emprender su carrera como solista, lanzando el álbum “Buscando tus besos”, que incluyó temas como “Dame veneno” y “Enamorado de ella”. A lo largo de su trayectoria, produjo múltiples discos y canciones que se convirtieron en clásicos del merengue, entre ellas:
- Hazme olvidarla
- Sobreviviré
- Tonto corazón
- Hipocresía
Su potente voz y carisma le valieron el apodo de ‘La voz más alta del merengue’.
Hoy no solo muere un cantante. Muere una época.
Pero también nace un mito, porque Rubby Pérez no se ha ido del todo. Vive en cada merengue que estremece la pista. En cada historia de superación. Y sobre todo, en el alma de quienes lo escucharon y no pudieron evitar sonreír… o llorar.