No parece ser una crisis ni una simple movida promocional. A los 59 años, Phil Collins, uno de los cerebros más exitosos de la música popular, asegura que su vida de viaje ha terminado, e incluso por teléfono, a un océano de distancia, suena sincero.
Y aunque en el 2008 ya se había referido a la posibilidad de cambiar los escenarios por su sala, recién ahora está hablando sobre eso de manera más definitiva.
“No es que me haya aburrido de tocar, es que tengo cosas más importantes que hacer”, explica por teléfono, desde su casa en Ginebra, Suiza. El músico británico, tras un exitoso paso por el grupo Genesis, logró vender más de 150 millones de discos como solista y ganar siete premios Grammy y un Oscar.
Es cierto que su salud tampoco es lo que era: hace 10 años perdió la audición del oído derecho y por problemas de espalda y un brazo ya no puede tocar batería como antes. Pero Collins asegura que su alejamiento de los escenarios es motivado por asuntos personales. “Tengo dos hijos chicos (Nicholas de 10 y Matthew de 6) y quiero estar con ellos, llevarlos al fútbol y ser un papá más normal. Cantar frente a un público sigue siendo entretenido, pero salir de gira significa irme de mi casa y ya estoy harto”, cuenta, en entrevista para El Mercurio.
Por estos días, Collins es prácticamente un hombre jubilado que vive de sus rentas y no tiene problema en relatar cómo suele ser un día común para él. “Si puedo, llevo a mis hijos al colegio, porque viven muy cerca de mí”, explica el músico que en el 2006 se separó de su tercera esposa, y continúa: “Normalmente salgo a andar en mi bote, juego hago algo de golf o leo. Lo mejor de no estar de gira es que puedes no hacer nada, yo lo hago tan seguido como puedo”.
Con esta determinación a no volver a salir de gira, sus fans chilenos tendrán que conformarse con el recuerdo de los tres conciertos que dio en 1995, los que el músico también recuerda: “Lo pasé muy bien, fue una gran audiencia. Mi mayor deseo para mi última gira y también para la reunión que hicimos de Genesis era ir a Sudamérica y a Oriente. Pero los mánagers y los agentes dijeron otra cosa”.
Las últimas semanas, eso sí, esta vida tranquila se ha tenido que modificar porque, aunque sin moverse mucho de su casa, Collins está promocionando ‘Going back’, un disco que salía a la venta ayer y en el que hace un tributo a los músicos del sello Motown, con nuevas versiones de artistas como Stevie Wonder y The Temptations. “Desde que empecé a escuchar música fui un gran fanático de Motown. Fue algo que había querido hacer toda mi vida, básicamente, y ahora me pareció un buen momento”, explica el músico que no lanza un trabajo de estudio desde el 2002.
Y a pesar de que no se niega a la posibilidad de hacer un nuevo disco, no es algo que tenga contemplado por ahora. Quizás por eso decidió hacer el esfuerzo extra de tocar la batería en este álbum, aunque para lograrlo tuvo que pegarse las baquetas a las manos e ir grabando en pequeñas partes. “Sentía que tenía que tratar tanto como pudiera y logramos que funcionara. Estoy feliz de haber perseverado”.
Collins está dedicado a su vida casera y asegura que no sabe cuál será su próximo paso. “He vivido toda mi vida teniendo claro lo que va a pasar, es agradable no saber”.