Cada primero de enero gran parte del mundo celebra la llegada de un Año Nuevo. En algunas regiones, minutos antes de que comience ese día, las personas llenan los bolsillos de sus pantalones con 12 uvas que representan los meses del año, se arrodillan debajo de una mesa o hacen una cena familiar, por la creencia de que “esto les ayudará a mejorar su situación sentimental, financiera y económica”.
Sin embargo, hay países que no celebran la llegada del Año Nuevo cada primero de enero, sino en otros días. Pero, ¿por qué? y ¿cuáles son?
Los factores religiosos, políticos y económicos influyen fuertemente en la cultura de un país. Por eso, dentro de la lista de los que no celebran en la noche del 31 de diciembre la llegada del Año Nuevo están:
China
A diferencia del calendario occidental, que se basa en la posición del Sol, el oriental tiene una gran influencia de la Lunisolar, razón por la cual, la fecha indica tanto la fase de la Luna, como la época del año solar. Por eso, la celebración del Año Nuevo o el Festival de Primavera, como lo llaman los chinos, no se festeja el primero de enero, sino el 22 de ese mismo mes.
El calendario lunar chino surgió en el 2.637 A .C, cuando el primer ciclo del zodiaco se introdujo. Cada ciclo dura 60 años. Actualmente, el país oriental se encuentra en el ciclo 78 que inició en febrero de 1984 y finalizará en ese mismo mes, pero del 2044.
Animales y año nuevo
Según cuenta una leyenda, antes de que Buda muriera, convocó a una rata, un buey, un perro, un tigre, una liebre, un dragón, una serpiente, un caballo, una cabra, un mono, un gallo, y un jabalí, para que cada 12 años alguno de ellos representará el ciclo lunar.
Por ejemplo, en el 2015 el animal fue la cabra; en el 2016, el mono; el 2017, el gallo; el 2018, el perro; el 2019, el cancho; en el 2019, la rata; en el 2021, el buey; en el 2022, el tigre; en el 2023 será el conejo; en el 2024, el dragón; en el 2025, la serpiente y en el 2026, el caballo.
La celebración del inicio del año en China tiene una duración de 15 días hasta la mitad del primer mes. En ese momento, las personas aprovechan para visitar a sus familiares y amigos, además de ver los espectáculos que hacen en las calles con fuegos pirotécnicos y música.
De hecho, las tradiciones que tienen antes de la llegada del año nuevo, son: limpiar por completo la casa con el objetivo de deshacerse de la mala suerte acumulada desde el año anterior, decorar su hogar de banderas y emblemas rojos con la frase ‘buena fortuna para el año nuevo’, regalar sobres rojos con dinero a los niños, entre otros.
Arabia Saudita
Los musulmanes celebran la llegada del nuevo año islámico, al cual también llaman ‘Hijri’. Para ellos, esa fecha es sagrada y representa un momento de luto y reflexión. Para este año, lo celebraron en la luna creciente del 28 de julio de 2022.
A pesar de que la mayoría de países islámicos se rigen del calendario lunar musulmán o el ‘Hijri, algunos se basan en el gregoriano solar.
Sin embargo, estos dos calendarios son muy diferentes, ya que el musulmán tiene solo 355 días, mientras que el calendario gregoriano tiene 365 y algunos años bisiestos.
Para festejar esta celebración, los musulmanes hacen comidas conmemorativas como el arroz de azafrán, que viene acompañado del doodh ka sharbat, una especie de bebida láctea, puesto que esos alimentos simbolizan la sed que pasó el rey de Jordania, al-Hussein, durante una de sus batallas. De hecho, muchos oran por su alma, explicó el portal ‘National Geographic’.
Mientras que la mayoría de países en todo el mundo festejan este día con fuegos pirotécnicos y fiestas llamativas, los musulmanes lo ven como un tiempo de reflexión y resistencia por todo lo que ha vivido su pueblo.
No obstante, el pasado mes de octubre del 2020, el Consejo Supremo de Ulemas, un ente del estado encargado de aprobar o desaprobar leyes en Arabia Saudita, rechazó la celebración del año nuevo el primero de enero, ya que la monarquía del lugar se rige por el calendario lunar y no el gregoriano.
También rechazaron la venta de rosas para el día de San Valentín, que es el 14 de febrero, informó el portal ‘Map News Noticias’.
India
Las razones por la cuales este país no celebra el año nuevo cada primero de enero son puramente culturales. Lo festejan del 21 de octubre al 19 de noviembre con distintas actividades, dependiendo de la región.
A esta celebración la llaman ‘New Diwali’ y, en ella, se realiza un festival de luz y color, en el cual las personas decoran sus casas con velas, regalan dulces y compran ropa nueva.
Los primeros cinco días tienen un significado diferente en el ‘New Diwali’, dado que el primero llamado ‘Dhanteras’ representa la riqueza, la abundancia y la belleza, rindiendo homenaje a ‘Lakshmi’, la diosa de la fortuna.
Para ello, los orientales limpian sus casas y compran objetos de alto valor. En el segundo ‘Naraka Chaturdashi’, las personas se bañan a tempranas horas de la mañana y se liberan de sus pecados e impurezas a través de la oración. El tercero y el cuarto, denominado ‘Lakshmi Puja’, toda la familia se da regalos y les rezan a sus dioses. Por último, en el ‘Govardhan Puja’ se le rinde un homenaje a ‘Krishna’, la diosa del amor y la compasión, además de lanzar petardos y fuegos artificiales, como reseñó el portal especializado en viajes de Asia ‘Directia Travel’.
Irán
Este país celebra el año nuevo o el ‘Nouruz’ cada 20 de marzo, ya que el calendario solar inicia con el equinoccio de primavera. Todo esto, debido a que hace más de 3.000 años, el zoroastrismo, una religión practicada en la antigua Persia, consideraba la llegada de esta estación como ‘La victoria de la luz sobre la oscuridad’, informó el portal ‘National Geographic’.
En esta fecha, los iraníes colocan semillas de plantas o huevos en la puerta de sus casas, ya que la fiesta de primavera se centra en la fertilidad y la nueva vida, además de decorar su mesa con siete objetos, a los cuales llaman ‘Haft-sin’. Dentro de ellos están, alimentos como avena, trigo, manzana, vinagre, ajó y el Corán, entre otros.
De hecho, en el 2009 la UNESCO, organismo cultural de las Naciones Unidas, consideró a esta fiesta como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, dado que promueve los “valores de paz y solidaridad entre generaciones y dentro de las familias, así como la reconciliación y la vecindad”.
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