Con nombre y apellido y apariencia de gringo, el cineasta colombiano John Human ha estrenado en Bogotá ‘Plata o plomo’, su primer largometraje. A este Diario explica los detalles de un filme que aborda el tema del narcotráfico y que a diferencia de otros tiene implícito un mensaje, una moraleja. El filme del director antioqueño es de los más comentados y que ha reunido mayor público en el marco del XXVII Festival de Cine que se realiza en Bogotá.
¿Qué óptica, la colombiana o la gringa, se impone en la creación de ‘Plata o plomo’?
Visualmente, es una producción independiente, que refleja realmente todo lo que tiene que contar.¿De dónde sale la temática, el libreto?
El argumento sale de la necesidad de cambiar la imagen del narcotráfico y darle un mensaje a la juventud de que hay otras opciones en la vida y no solo esto. La película nace de las ganas de contar una historia.
¿Cuán novedosa es la visión de su película sobre el tema del narcotráfico?
Yo creo que el tema del narcotráfico (en el cine colombiano) ya está llegando a su culminación y esta es una de las historias que demuestra creatividad frente a un tema así.
¿Cuál es el referente para hacer ‘Plata o plomo’?
Soy un admirador del neorrealismo italiano. Me encantan películas como ‘Ladrón de bicicletas’, de Vittorio de Sica, y ‘Roma, ciudad abierta’, de Roberto Rossellini. Me gustan el cine con actores naturales y las realidades crudas. También me gustan las historias que ha creado el cineasta colombiano Víctor Gaviria, con obras como ‘Rodrigo D.’, ‘No futuro’, ‘La vendedora de rosas’ y ‘Sumas y restas’. Estas fueron las mayores influencias para mí.
Pero ¿implica un riesgo hacer películas con talentos naturales, es decir, con actores principiantes?
Naturalmente que hay un riesgo. No todo el mundo es un talento natural y por eso hay que explorar sus habilidades frente a la cámara. No todas las personas tienen la capacidad de hacerlo bien frente a una.
La película lleva el mensaje “Mira lo que te puede suceder en el negocio de los narcos2… ¿Esa es la moraleja?
No, la moraleja realmente es que todas las personas que deben tomar decisiones, antes de hacerlo, tienen que pensar en las consecuencias, que pueden afectar las vidas de sus familiares… Realmente, ese es el mensaje.
Pero esta clase de filmes pudiera alimentar el estereotipo de una Colombia perforada por el narcotráfico?
No, aunque este filme no se hubiera hecho, ya tenemos ese estereotipo ante la comunidad internacional, vayamos adonde vayamos. El cine es una obra artística y realmente no tiene la capacidad de una red informática, para cambiar la visión de las personas.
¿De dónde salió el dinero para financiar la película?
Yo la autofinancié, es decir, pagué por mi propia película con mi sueldo. Aún no he hecho cuentas de cuánto realmente costó.
¿Qué expectativas tiene de su primer largometraje?
Las expectativas están más que cumplidas. Quería que este mensaje fuera visto por primera vez. Y de aquí para adelante, lo que Diosito quiera hacer a su voluntad.
El Bogocine premió a un filme de desplazados
‘Retratos en un mar de mentiras’, del director colombiano Carlos Gaviria, fue la película ganadora del XXVII Festival de Cine de Bogotá (Bogocine), que culminó ayer en esta capital. El realizador obtuvo así el círculo precolombino de oro, el premio que otorga el certamen, que es un escaparate de los trabajos de los cineastas nuevos.
El jurado del Bogocine, que estuvo presidio por la crítica turca de cine Yesim Tabak, se decantó así por una producción que echa un vistazo cuestionador al drama de los desplazados por el conflicto interno en Colombia.
En ‘Retratos en un mar de mentiras’, Gaviria disecciona el drama que afronta Marina, una desplazada por la guerra interna. Ella decide retornar al pueblo del que debió escapar con su abuelo, luego de que su familia fuera asesinada por los paramilitares.
El filme, entonces, recrea una realidad que han vivido y viven más de 4 millones de damnificados por la confrontación interna en Colombia.
El jurado, asimismo, entregó el círculo precolombino de oro al mejor director al costarricense Esteban Ramírez, quien presentó la película ‘Gestación’. En el apartado para directores jóvenes de hasta 18 años, se entregó el premio Alexis a Danna Galeana y Adriana Penagos, ambas colombianas, por su producción ‘La promesa’. Y en la categoría de mejor documental sobre medio ambiente, el reconocimiento fue para ‘La voz del mapuche’, una producción de la argentina Andrea Henríquez y del chileno Pablo Hernández.