Hasta quien no tenga el más remoto interés por ser el aprendiz de mago más famoso del mundo sabe, al menos ahora, quién es la protagonista femenina de la saga: Emma Watson. Ella fue la estrella absoluta del estreno mundial de ‘Harry Potter y las reliquias de la muerte’, que tuvo lugar en la noche del jueves en Londres.
Entre los diarios británicos, ayer apenas se encontraba una portada en la que no apareciera Watson con su espectacular minivestido negro. “Encantadora”, “¿Será la magia?” o “Emma hechiza a todos” fueron algunos de los titulares. Si en el filme la actriz de 20 años da vida a la estudiosa alumna Hermione, en la vida real está a punto de convertirse en la nueva “novia” e ícono del estilo de sus compatriotas.
Cientos de fans se congregaron desde horas antes frente al cine de Leicester Square, en la capital británica, para ver a los actores de ese filme, el último capítulo de la saga. Las estrellas no se dejaron intimidar. Primero llegaron muchos famosos. Después fue el turno de los tres protagonistas, Daniel Radcliffe (Harry Potter), Watson y Rupert Grint (Ron), que firmaron autógrafos y se dejaron fotografiar sobre la alfombra roja.
“Uno no se acostumbra nunca”, decía Radcliffe, de 21 años, en referencia a la multitud.
El último capítulo escrito por la ‘superventas’ Joanne K. Rowling llega a los cines dividido en dos películas. La primera parte se estrena la semana próxima, tanto en España como en la mayoría de países de América Latina, pero para la segunda habrá que esperar hasta julio del 2011. Han pasado ya 10 años desde que se rodó la primera adaptación cinematográfica de ‘Harry Potter’ y los fans, que entonces eran niños, ahora son ya adolescentes o incluso adultos.
El nivel de entusiasmo subió al máximo cuando Rowling ofreció una minientrevista para la retransmisión en directo desde la plaza. La escritora, que muy raramente concede entrevistas, hablaba con timidez. “Todo esto es maravilloso”, señaló. Y mientras, Watson se mostró tan aplicada como su alter ego, Hermione.
Enfundada en su minivestido negro semitransparente, no paró de repartir autógrafos y sonreír ante las cámaras. Su humor, esa noche, era de pura adrenalina: “Me siento como si estuviera en lo más alto de una montaña rusa”.