Los sonidos fuertes de la banda nacional Basca dieron inicio al concierto de Megadeth, ayer (22 de abril de 2014) a las 20:00 en el Ágora de la Casa de la Cultura. Los roqueros fueron recibidos de buena manera.
Desde el inicio, el público de todas las localidades (general, preferencia y VIP) se puso en pie para corear las canciones. Este comportamiento prevalecería hasta el final del concierto.
A las 20:45, la banda nacional agradeció al público por la asistencia y solicitó que no consuman licor y respeten a la autoridad, de lo contario el concierto podía llegar a su fin, antes del ‘plato fuerte’.
Llegó la despida de Basca y la gente de preferencia- única localidad con asientos- se pudo sentar, mientras esperaba el ingreso de la banda de
thrash metal,
Megadeth.Minutos después, los fanáticos lanzaron un grito de euforia, cuando se destapó la batería de los metaleros estadounidenses. El instrumento de percusión tenia escrito el nombre de la agrupación.
A las 21:30, el público ya empezaba a corear el nombre de Megadeth solicitando su presencia en el escenario. Se encendió una pantalla gigante central y dos más pequeñas a los lados. Aquí, se proyectaban imágenes de una fábrica de metal, que trabajaba en la construcción ‘de algo’. Al final, la máquina virtual construyó la palabra Megadeth. Segundos después aparecieron en escena los esperados músicos.
El vocalista Dave Mustaine apareció vestido con una camisa blanca y unos jeans azules. Junto a él sus compañeros lucían atuendos bastante parecidos. Solo el guitarrista, Chris Broderick vestía todo de negro.
El público empezó a corear a todo pulmón el nombre de Megadeth. Luego de interpretar los temas Hangar 18 y Hangry Again, los roqueros incitaron a la gente de la zona VIP, para que levanten las manos.
La voz dura-sin llegar a ser gutural- de Mustaine combinada con los solos de guitarra, hacían vibrar a la multitud que ya empezaba a mover la cabeza de arriba hacia abajo.
Luego de un receso, el vocalista se acercó al lado izquierdo del escenario y levantó la mano, saludando al público que se encontraba en ese lugar.
Al grito de ole, ole, ole… Megadeth, el líder Mustaine agradeció el cariño de la gente y pidió que levanten la mano, quienes asistían por primera vez a uno de sus conciertos. Luego, pidió que hagan lo mismo los fans que ya los veían por segunda vez. “Bienvenidos todos”, grito Mustaine señalando que esa noche se iban a escuchar sonidos para “volverse loco”.
Un grupo de jóvenes que estaba en las primeras filas levantaron una bandera con los colores patrios. En el centro se podía leer el nombre de la banda.
El momento de tensión llegó, el propio Mustaine tomó el micrófono y anunció que la presentación se suspendería por varios minutos. Esto, por un inconveniente técnico. Y es que ya se notaba que un gran parlante ubicado en lado izquierdo de la tarima, tenía problemas de sonido. Además, se pudo ver un humo espeso que salía de una consola.
La gente se comenzó a impacientar, pero de pronto se escuchó la guitarra de Mustaine que regresó solitario al escenario, para seguir con el show. El resto de la banda salió y se escucharon los acordes de Shewolf.
Los equipos de amplificación seguían teniendo problemas y cada cierto tiempo, el sonido del parlante izquierdo se apagaba. La falla técnica fue compensada con los solos pausados del guitarrista Broderick.
Una luz azul enfocó al baterista Shawn Drover, mientras empezaba a sonar el tema Trust. La gente disgustada empezó a pedir con palabras subidas de tono, que los problemas de sonido sean solucionados.
Uno de los organizadores cogió el micrófono y trató de calmar a la masa, anunciando que el concierto no se suspendería y afirmó que solo estaban adaptando las pantallas. Señaló que el problema de sonido estaba controlado.
Nuevamente el concierto se paró. Luego de varios minutos de espera volvió a dar la cara Mustaine: “Muchísimas gracias Quito, son asombrosos”.
Los sonidos de las guitarras volvieron a sonar en el Ágora. En las pantallas se proyectaban imágenes de cruces y hombres enmascarados.
Mustaine habló de nuevo: “Muchas gracias chicos tuvimos un pequeño problema, pero ya está solucionado”. Luego empezó a sonar el éxito A Tout Le Monde y la gente empezó a aplaudir. El vocalista se calló y dejó que el público interprete la reconocida canción. “¡Canten ustedes Quito!”, gritaba Mustaine entusiasmado, mientras se cubría con una bandera tricolor.
El ole, ole, ole… Mustaine fue el regalo que los asistentes le brindaron al músico. El momento fue propicio para interpretar la canción Symphony Of Destruction. Luego, el baterista lanzó los dos palos de su instrumento a la masa fanática. Una afortunada pareja de jóvenes se llevó el gran regalo.
Luego, los integrantes de Megadeth se levantaron y se tomaron de las manos, a manera de despedida. Prometieron regresar pronto: “Muchas gracias y disculpas por los problemas técnicos ¡Buenas noches!”.
Sin duda, el carisma y profesionalismo de Megadeth pudo compensar, en gran medida, las deficiencias técnicas. Esto se evidenció en rostros alegres de los fanáticos, que se quedaron satisfechos con la velada metalera.