En tres bodegas están almacenadas seis efigies. Diego Villacís y Mario Moreno evalúan el deterioro. Foto: El Comercio
Por casi un siglo, la escultura de la diosa Venus adornó cuatro sitios emblemáticos de Riobamba. Uno de los más representativos fue el mercado Mariano Borja, ubicado en el centro histórico de la ciudad. Hoy, esta pieza permanece almacenada en una de las bodegas del Municipio, donde también se guardan los repuestos de las llantas para los vehículos de uso oficial.
En dos cuartos contiguos están guardadas cinco estatuas patrimoniales más. La mayoría fueron extraídas durante la rehabilitación del anillo vial de Riobamba. Todas están deterioradas y requieren restauración.
Los encargados de planificar en dónde se reubicará a las imágenes son los técnicos de la Unidad de Gestión de Patrimonio del Municipio de Riobamba. “El rescate del patrimonio es una de nuestras prioridades. En administraciones anteriores prevaleció la mejora de la vialidad antes que la conservación de los espacios históricos”, afirmó Diego Villacís, director de la unidad.
Los monumentos que ahora están almacenados fueron antes la decoración central de los redondeles y parterres de las avenidas de Riobamba. Uno de los más recordados es el busto de Simón Bolívar. La efigie tiene 1,50 m de alto y está esculpida sobre metal de tono cobrizo. Hace tres años fue removida del redondel que estaba ubicado en la avenida Daniel León Borja y Carlos Zambrano, frente al parque infantil.
El artista que lo esculpió hizo tres réplicas que fueron donadas por el Gobierno venezolano a los países que amó el libertador: Venezuela, Colombia y Ecuador. Mientras que dos réplicas ocupan espacios centrales en dos parques de Caracas y Bogotá, el busto que se entregó a Riobamba permanece embodegado y envuelto en plásticos negros para evitar que los daños continúen.
Además, las placas de bronce que recordaban el momento histórico están desaparecidas. “Todas las imágenes presentan agresiones pero es posible restaurarlas completamente. Primero removeremos el material extraño, como pinturas y materiales de anteriores restauraciones que no fueron hechas de forma técnica”, indica el restaurador Mario Moreno.
Otro monumento deteriorado es el busto de José Antonio Lizarzaburu. En 1974, la imagen esculpida en piedra se colocó en el redondel en el que convergen cuatro avenidas del norte de la urbe, frente al Colegio Riobamba. En la actualidad, la base de piedra está desgastada, además la resina plástica blanca que recubre la estatua está cuarteada y requiere una restauración.
Según los técnicos municipales, las estatuas fueron removidas con técnicas inadecuadas por parte de los operarios de la empresa contratista Fopeca. “Nosotros acordamos acompañar durante la extracción de las efigies de los redondeles, pero nos notificaban tarde o no lo hacían, por eso se estropearon”, indica Moreno.
Después de su remoción, hace tres meses, la imagen de Lizarzaburu fue trasladada a los Talleres Municipales. Allí permanecerá mientras los técnicos analizan en qué sitio se colocará. El primer paso en el proceso de reinstalación será una consulta a la ciudadanía para determinar el lugar. “El patrimonio y la modernidad pueden convivir, nos dedicaremos a hacer estudios técnicos y consultas antes de tomar las decisiones”, afirma Villacís.
Con este criterio concuerda Rodrigo Montero, presidente de la Comisión de Centro Histórico. “Antes de pensar dónde los reubicaremos, los repararemos en un taller con los técnicos del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC). Además, requerimos de un inventario actualizado con la información de todos los monumentos de Riobamba y su estado actual”, argumenta Montero.
Junto con los monumentos históricos, otras tres imágenes artísticas fueron removidas durante las obras de remodelación vial. La estatua de Edelberto Bonilla, exalcalde de Riobamba, y el Tributo a las Industrias continúan almacenadas en los talleres de Fopeca, mientras que el busto de Mercedes de Jesús Molina se destruyó en un intento por colocarla en la Escuela Santa Mariana de Jesús.