Margarita Velasco, directora de la Fundación Observatorio Social de Ecuador. Foto: Archivo / EL COMERCIO
El 1 de junio es la fecha destinada en Ecuador a promover el cumplimiento de los derechos de los niños y las niñas del mundo. En ese sentido, la supervivencia, desarrollo, protección y participación suponen cuatro macro grupos que integran los derechos para sostener el bienestar de los menores. Margarita Velasco, directora del Observatorio Social del Ecuador, analiza los pendientes del Estado ecuatoriano para con la niñez.
¿Actualmente se puede decir que los niños y niñas son una prioridad dentro de las políticas de Estado del Ecuador?
Sí, son una prioridad. Uno de los referentes es el esfuerzo por disminuir la pobreza, factor que influye en el contexto familiar, en el trabajo infantil, en la violencia… El énfasis en educación, más el acceso a servicios y la reducción de pobreza es una combinación interesante.
En la actualidad el reto es sostener esos logros, y asumir los nuevos desafíos. Esto implica la calidad educativa, salud, paliar la violencia…
¿Qué factores permiten determinar el cumplimiento de los derechos de los niños y niñas en el país?
En el 2002, desde el Observatorio se diseñó el Índice de cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes (IDN). Esta métrica evalúa el accionar del Estado, así como de la sociedad. En ese sentido, el IDN 1 se enfoca en las tareas del Estado con los niños de 0 a cinco años. El IDN 2 analiza a la sociedad de cara a los menores de entre seis y 10 años. Finalmente el IDN 3 evalúa a ambos actores frente a los jóvenes de 11 a 17 años. La calificación se puntúa sobre 10.
Entonces, en los primeros años se miden la tasa de mortalidad, desnutrición y malnutrición. Cuando se realizó la primera medición sobre mortalidad infantil, en 2004 el Ecuador obtuvo una calificación de 4,7 sobre 10. En 2012, de cuando se obtienen los datos más recientes, el puntaje subió a 7,7. Esto responden a la elevación del nivel educativo de las madres, apertura de los servicios de salud. Traducido en cifras quiere decir que se pasó del 18% de mortalidad infantil al 11%.
¿Para esa sección de la sociedad infantil que está pendiente?
La desnutrición. En América Latina el promedio de desnutrición crónica es de 16%. En Ecuador es de 25%. Eso nos preocupa. En las áreas de mayor pobreza, donde hay mayoría de población indígena la cifra incrementa a cerca del 40%.
¿Qué sucede con las políticas para paliar esa realidad?
Desde hace varios años el país tiene como política de Estado reducir la desnutrición crónica. En 1986 se mide por primera vez esa condición y los datos reflejan que un 40% de niños la sufre. El dato más reciente, de 2012, indica que bajó al 25%.
Pero la cifra sigue por encima del promedio de América Latina, ¿por qué?
No podemos explicarnos. Todos los indicadores coadyuvantes bajaron, por eso resulta extraño. Sí nos preocupa, pero no es lo único. Otro desafío es la malnutrición, relacionada al sobrepeso. Esto tiene que ver con que el país es cada vez más urbano; lo cual a su vez es sinónimo de que el niño sale de la escuela y llega a ver televisión mientras come frente a la pantalla.
¿Con el crecimiento de los niños, cuáles son los retos nuevos para el Estado y la sociedad?
La segunda fase, que comprende la etapa entre los seis y 11 años, el IDN mide el maltrato al cual pueden estar sometidos, la calidad de tiempo libre que comparten en familia y la educación.
Lastimosamente no hay datos acerca de maltrato. Lo que nos da pautas positivas es lo que se refiere a educación. Hasta hace unos años, los niños asistían a la escuela únicamente hasta 6to grado y luego se dedicaban a trabajar. Hoy eso ya no pasa. El 96% de menores accede a la educación.
Pero según las cifras, todavía hay un 8% dedicado al trabajo infantil…
Claro. Todavía hay niños dedicados al trabajo infantil. Es una realidad que todavía debe analizarse, ya que de los seis a los 11 años es prohibido. En el campo, esta realidad se dispara. En los niños indígenas se registra una incidencia del 29% en lo que a trabajo infantil se refiere.
En esta fase nos preocupa la violencia, porque en el país sigue vigente la cultura de que hay que pegar, humillar. Y en la escuela funciona la misma lógica.
¿Todavía se cree que la letra con sangre entra?
Hay quienes todavía creen que la “letra con sangre entra”. Y no solo eso, la humillación o anular al niño en el aula desde las autoridades es otra práctica. El niño que maltrata lo aprende de la casa y en la escuela.
¿El Ministerio de Educación capacita a los docentes para manejar el acoso y hostigamiento?
Si bien es cierto toda la vida ha existido el ‘bullying’, en Ecuador apenas durante los últimos tres o cuatro años el tema se posiciona en el imaginario de la gente. No sabemos qué ha hecho el Ministerio, pero sí que está altamente preocupado.
¿Qué tan certero es que uno de cada tres niños es víctima de ‘bullying’?
Lo que conocemos es a partir de lo que en 2010 los niños nos dijeron para la realización de un estudio al respecto. En el contexto de la violencia entre pares, más del 50% en la Sierra, Costa y Amazonía ha participado de las peleas. La realidad no difiere entre instituciones públicas y privadas.
Hay indicadores que sostienen que de los 12 a 17 años, el hostigamiento es uno de los detonantes para el suicidio…
En esa etapa se toma en cuenta el tercer IDN, en donde el país todavía tiene una ´calificación baja´, de 5 sobre 10.
Este indicador analiza el acceso a educación, donde el 17% de jóvenes no está en la preparación secundaria. Además, se evalúa la muerte por causas evitables. Y en ese sentido el 7% muere a causa de suicidios, 19% accidentes de tránsito y 12% homicidios. Esto es violencia y es uno de los pendientes. El otro problema radica en el embarazo adolescente.
Sin embargo, en el tema de embarazo adolescente sí se han tomado medidas. Se difunden programas de información, acceso gratuito a métodos anticonceptivos… ¿Ese síntoma indica que los programas están mal planteados?
Hemos hecho estudios al respecto y los jóvenes sostienen que sí reciben educación sexual. El problema surge cuando van a la farmacia por métodos anticonceptivos y el vendedor se burla. En ese momento ellos optan por no comprar.
También está el tema de la violencia sexual…
El índice de embarazo por violencia sexual es bajo, no es determinante. El embarazo adolescente es más bien parte de la cultura patrimonial que dicta que las mujeres deben dar a luz. Eso se vuelve el proyecto de vida de las niñas, cuidar de la familia. Esa realidad varía según el nivel educativo.
¿Cuál es la proyección, como sociedad y Estado, en cuanto a los pendientes?
Hay una preocupación del Estado, los medios de comunicación, sobre la situación de los niños. Este es un tema que compromete a todos. La transformación de parámetros compete a la sociedad de manera integral.