Los alimentos que se desechan representan un problema para el aire, el suelo y el agua. Foto: FAO.
El desperdicio de alimentos no solo genera pérdidas económicas, sino que también causa daños al ambiente. En el mundo, un tercio de los alimentos se pierden o desperdicien; en diciembre, el problema puede duplicarse por la gran cantidad de comida que se utiliza para los festejos navideños y de Fin de Año.
Una gran parte de los productos y platillos que se preparan durante estas festividades terminan en la basura, cuando aún podrían ser aptos para el consumo humano. Algunas personas preparan más de lo necesario y otras compran más de lo que van a utilizar, sin tener en cuenta todos los recursos que se necesitaron para la producción de los alimentos y la contaminación que están produciendo en el agua, el aire y el suelo.
Según un reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), los alimentos que se producen y que finalmente no se consumen son responsables de sumar 3 300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
La producción de estos alimentos que son perdidos o desperdiciados consume el 21% de agua dulce, el cual es un recurso que cada vez es más escaso. El proceso para obtener un tomate implica el uso de 13 litros de agua, mientras que para tener solo una copa de vino se necesitan 120 litros del líquido vital.
El impacto también se genera en el suelo. Estos alimentos perdidos o desperdiciados ocupan el 18% de las tierras de cultivo y el 21% de los rellenos sanitarios.
Karina Marcillo, técnica Especialista en Gestión de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos de la FAO en Ecuador, explica que se estima que un 6% de las pérdidas mundiales de comida ocurren en América Latina y el Caribe. Esta cantidad podría alimentar a 300 millones de personas en la región.
Según la FAO, todavía no hay cifras de cuánto se desperdicia en el país, pero están trabajando en una iniciativa con el Ministerio de Agricultura y Ganadería para determinar este número. Hasta el momento, se conoce que el desperdicio y la pérdida de alimentos en Quito y Guayaquil alcanza las 47 000 toneladas. Las frutas y verduras son los productos que más se desperdician en la capital del país.
En Quito se lleva a cabo la iniciativa Banco de Alimentos, para intentar recuperar la comida que aún puede servir para su consumo y así evitar que termine en la basura. Alicia Guevara, directora de este proyecto que se creó hace 15 años, calcula que cada día en la ciudad se desperdician más de 100 toneladas de alimentos apto para el consumo humano. Con base en su experiencia, en diciembre la cifra se duplica debido a las festividades.
El Banco de Alimentos surgió como una iniciativa de profesores de la Escuela Politécnica Nacional que ahora funciona con voluntarios. Este grupo recupera los alimentos de alrededor de 45 instituciones y los sábados hacen recolecciones en el mercado Mayorista. La época navideña es cuando más les contactan, dice, porque hay sobreproducción o excesos.
Todo el alimento que se recolecta es trasladado a las bodegas del banco y después se entrega a instituciones y a familias que necesitan estos productos en Quito. La comida recuperada sirve para alimentar a alrededor de 9 000 personas. Guevara explica que con todo este trabajo logran recuperar apenas el 2% de lo que la ciudad desecha. En estas festividades se puede contribuir como voluntarios en el Banco de Alimentos o entregarles los productos que pueden tener una segunda vida.
La FAO recomienda consumir de manera responsable. Esto implica planificar las compras, comprar las frutas o verduras ‘feas’ y llevar los restos de comida a casa.