Leonardo Tejada. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO
Para entender la historia de los indigenismos en el Ecuador durante el último siglo hay tentativamente dos caminos: analizar todo lo que ha dicho el poder, los medios de comunicación, la academia y los museos o repasar el camino trazado por los movimientos y organizaciones indígenas.
A criterio de la antropóloga Lucía Durán, el primer camino es en esencia un ejercicio de ventriloquia en el que intelectuales, artistas y políticos ocuparon el lugar del otro -los indígenas– para hacer apropiaciones, reapropiaciones, usos y abusos de su existencia.
El segundo, protagonizado por los indígenas, es un ejercicio de resistencia contra los abusos reeditados durante 500 años. Una lucha -bienintencionada, pero de ventriloquia al fin- que inspiró al movimiento artístico e intelectual más importante del siglo XX en el país, el Realismo Social.
En ‘desMarcados. Indigenismo, Arte y Política 1917-2017’, la muestra que se inaugura este sábado, en el Centro Cultural Metropolitano y en el Museo de la Ciudad, estos dos caminos se ponen en evidencia a través del arte, la literatura, la fotografía, el cine y el folclor.
Alexandra Keneddy, Trinidad Pérez, Pilar Estrada (historiadoras del arte); Malena Bedoya (historiadora); y Lucía Durán (antropóloga), las cinco curadoras de esta exposición, montan una muestra que ve de forma crítica la forma en que operó el Realismo Social.
Para desmarcar, sacar del cuadro donde han estado históricamente enmarcados los movimientos y organizaciones indígenas, se han utilizado cinco salas de exhibición.
Las salas 1 y 2 llevan por nombre Indigenismos y Realismo Social en Diálogo 1915-1950. En estos espacios están las obras de artistas indigenistas como Oswaldo Guayasamín, Eduardo Kingman o Diógenes Paredes y de pensadores de la región como José Carlos Mariátegui junto con la historia de los procesos de lucha de mujeres como Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña o Luisa Gómez de la Torre.
En la sala 3, titulada De artes ‘sin nombre’ al folclor institucionalizado se aborda el folclor, la etnografía y el coleccionismo en el país. En este espacio resuenan nombres como el de Olga Fisch y Tamara Landívar, directora del Museo Pumapungo de Cuenca.
Para armar Emplumados y Enterrados, la sala 4, se trabajó con las representaciones dominantes sobre los indígenas que se encontraron en el Fondo Antiguo Luciano Andrade Marín de la Biblioteca González Suárez. Enterrados hace referencia a las representaciones del indígena subordinado y emplumados a esa imagen exótica. En esta sala también se incluyen piezas de cine entre ellas el filme ‘¡Fuera de Aquí!’, de Jorge Sanjinés.
En Laten las Luchas, la sala que estará abierta en el Museo de la Ciudad, se muestra el trabajo de artistas contemporáneos como Oswaldo Terreros, Marco Alvarado, Tomás Ochoa o Miguel Alvear, quienes ejercitan una ventriloquia desde el presente sobre las luchas indígenas a través de investigaciones en archivos históricos.
Esta muestra cuenta con una sala 0 (patio del CCM) cuyo nombre es Nuestro Norte es el Sur, en el que se mostrará una adaptación del mapa de Joaquín Torres García.
La inauguración de esta exposición coincide con la marcha que los indígenas amazónicos iniciaron el 27 de noviembre en Unión Base, en Pastaza, y que llegará a Quito el lunes 11. Para Durán esa es una muestra de que los movimientos indígenas siguen en la lucha por sus derechos más allá de las ventriloquia.
Lugar
Centro Cultural Metropolitano y Museo de la Ciudad.
Fecha
Se inaugurará el 9 de diciembre, a las 12:30. La entrada es libre.
Cierre
La muestra estará abierta hasta el 13 de mayo del 2018.