El término ‘brainrot’ -traducido como “podredumbre cerebral”- y relacionado con el meme del ‘Tralalero Tralalá’ describe el agotamiento mental por consumir contenido digital sin sentido. Según el Oxford English Dictionary, alude al desgaste intelectual vinculado a la sobreestimulación en redes sociales, de acuerdo con Ok Diario.
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‘Tralalero Tralalá’, el tiburón con zapatillas Nike creado por IA, se ha vuelto un ícono de esta tendencia. Surgió en enero de 2025 mediante un audio italiano sin sentido subido a TikTok. Junto a personajes como ‘Bombardiro Cocodrilo’ (un cocodrilo con partes de avión) o ‘Vaca Saturno Saturnita’, forman un universo absurdo que acumula millones de visualizaciones, según Infobae.
Pero, más allá de la viralidad, ¿qué lectura se puede hacer detrás de esta tendencia al consumo de este tipo de contenido por parte de las nuevas generaciones?
¿Por qué la ‘Generación Z’ y posteriores consume y prefieren este contenido?
De acuerdo con El Confidencial, el éxito del contenido ‘brainrot’ parece basarse en una fórmula irresistible: clips breves, melodías pegajosas, personajes llamativos y una continua sensación de desconcierto. Una mezcla ideal para la época del desplazamiento interminable en redes.
Andrés Cueva, psicólogo clínico, compara el consumo de TikTok con las microdosis de dopamina que afectan a la sociedad actual. Explica que, estos videos cortos generan una rápida liberación de dopamina, que crean un ciclo repetitivo de consumo para satisfacer la necesidad de estimulación. Según Cueva, esta dinámica de video tras video, especialmente con la extensión de TikTok a tres minutos, refleja un nuevo tipo de dependencia, que, aunque en principio sin sentido, está diseñado para mantener la atención.
No obstante, Cueva añade que, existe un efecto secundario relevante: la exposición continua a estímulos de gratificación instantánea puede modificar el sistema de recompensa del cerebro, disminuyendo el interés en actividades que demandan mayor esfuerzo o cuya recompensa se obtiene a largo plazo, como estudiar, trabajar o mantener conversaciones profundas. En resumen, nos volvemos más impacientes y adictos a las gratificaciones inmediatas.
‘Shitposting’ vs. ‘brainrot’
Dentro de las jergas actuales, el ‘brainrot’ se relaciona con el ‘shitposting’, es decir, provocar con humor ácido o publicar contenido mediocre, irrelevante o incoherente. Esto refleja una estética posmoderna donde el sinsentido se convierte en la norma.
El PhD. Emilio Carrillo, docente de psicología UIDE Guayaquil, explica que el fenómeno del ‘brainrot’ afecta principalmente a jóvenes, quienes, al estar en constante desarrollo, pueden experimentar agotamiento, desinterés, distracción y dificultad para tomar decisiones. Además de la sobreexposición digital, factores como el estrés, la ansiedad y la falta de sueño también contribuyen a este estado. Para prevenirlo, es clave realizar actividades al aire libre, mantener una rutina de descanso adecuada y supervisar el contenido que consumen los jóvenes.
A diferencia del ‘doomscrolling’ (consumo obsesivo de malas noticias), el ‘brainrot’ funciona como una “anestesia digital” frente a la sobrecarga informativa, según A Tres Media.
¿Arte o decadencia cultural?
Para Ryuzaki Emmanuelle C. Broflovski, influencer y coleccionista, el fenómeno del ‘Tralalero Tralalá’ y el ‘brainrot’ fue una sorpresa inesperada. Al principio no entendía el sentido, pero terminó divirtiéndose y valorando incluso las impresiones 3D creadas por fans. Le sorprende cómo una imagen generada por IA puede volverse viral. Aunque reconoce que la IA limita la creatividad tradicional, aprecia lo extraño y llamativo de estas tendencias. Para él, adaptarse a estos cambios es parte de la vida diaria.
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