La Teledisko es la antítesis de la vivencia común cuando se quiere ir de fiesta. Foto: Captura
Años atrás si alguien necesitaba comunicarse con otra persona tenía que buscar una cabina telefónica, pero la proliferación de los teléfonos celulares provocó su desaparición en algunas ciudades e incluso su puesta en venta.
Fue así como el alemán Benjamin Uphues adquirió cinco cabinas amarillas en su país y las transformó en discotecas portátiles, de las cuales una puede verse en julio de 2016 en la Ciudad de México. Su creador, de 38 años, las pintó de dorado, plateado y rosa.
Les puso una computadora para seleccionar la música que se desea escuchar y con unas monedas comienza la fiesta en lo que él llama “la discoteca más pequeña del mundo”.
“Mi principal inspiración para crearlas fue celebrar con ganas, de forma rápida y cerca de tus amigos, en una época en que las redes sociales están desconectando a la gente y sumergiéndola en un mundo virtual”, dijo a dpa Uphues, que trasladó la Teledisko plateada a la capital mexicana como parte de las actividades del Año Dual Alemania-México.
En la capital mexicana la minidiscoteca está en la sede del Instituto Goethe, donde se la puede probar de manera gratuita, y está previsto que vaya a otros lugares en los próximos meses.
La idea de crearla comenzó a cobrar forma cuando Uphues estaba en una discoteca en Londres en cuyo interior había multitudes. Para ingresar tuvo que hacer una larga fila y además pagar mucho dinero.
Por eso, la Teledisko es la antítesis de esa vivencia común cuando se quiere ir de fiesta. La minidiscoteca empezó a amenizar la vida de la gente en 2014.
Primero volvió locos a los habitantes de Berlín, que a cambio de dos euros (poco más de dos dólares estadounidenses) podían gozar de unos minutos de música y baile.
En esa ciudad se rompió el récord de personas adentro al mismo tiempo, cuando entraron diez a divertirse, recordó Uphues, aunque el número ideal para disfrutar la fiesta es de cinco usuarios.
Una vez ahí, quien quiera bailar y divertirse, solo, en pareja o con amigos, puede elegir una serie de efectos que acompañarán la música: luces, hielo seco o la célebre esfera de espejos, tan característica de fiestas y discotecas de los años 70.
El invento de Uphues, quien se hace llamar “El rey de la disco”, también ofrece con un pago adicional la posibilidad de captar en foto o recibir por correo electrónico el video de esa pequeña fiesta que ya se ha vivido en ciudades como Viena, Londres, París, Halmstad y Múnich y en eventos privados.
Uphues cree que el éxito de la Teledisko se debe a una simple fórmula: “Que trae la fiesta de vuelta a lo básico: humo, luces, música y tus mejores amigos. Eso siempre ha funcionado y siempre lo hará”